United States or Western Sahara ? Vote for the TOP Country of the Week !


A esto respondió la guardesa que podrían lograr sus deseos de recogerse, si se entendían con un señor muy piadoso que anda en estas cosas de asilos; un sacerdote... que le llaman D. Romualdo. «¡D. Romualdo!... ¡Ah! , ya ; digo, no le conozco más que de nombre. ¿Es un señor cura, alto y guapetón, que tiene una sobrina llamada Doña Patros, que bizca un poco?».

He aquí a la mañana amanece a mi cabecera la huéspeda de casa, vieja de bien, arrugada y llena de afeite, que parecía higo enharinado, niña si se lo preguntaban, con su cara de muesca, entre chufa y castaña apilada, tartamuda, barbada y bizca y roma; no le faltaba una gota para bruja.

Si usted se empeña en que le descubra cuánto uno tiene en el corazón... francamente, aunque las señoritas son cada una de por muy simpáticas, yo, puesto a escoger, no lo niego..., me quedaría con la señorita Marcelina. ¡Hombre! Es algo bizca... y flaca.... Sólo tiene buen pelo y buen genio. Señorito, es una alhaja. Será como las demás. Es como ella sola.

Lo mismo piensa la Patros, ¿sabe? la mayor de las sobrinas. ¿Esa que me has dicho tiene el pelo entrecano y bizca un poco? No; esa es la otra. Ya, ya... Patros es la que tartamudea, y padece de temblores. Esa.

No era el de todas las noches: también él olía a chufas, y varias veces sus ojos, apartándose de la masa, se encontraron con la mirada bizca y socarrona del tirano. De él podía decir cuanto quisiera: estaba acostumbrado; ¿pero hablar de su novia?... ¡Cristo!... El trabajo resultaba aquella noche más lento y fatigoso.

Llamábanle de mote el Tuerto. La mujer no es bizca como su marido, ni morena; pero tiene los cabellos tan cerdosos como él, y una rubicundez en la cara, entre bermellón y chocolate, que no hay quien la resista. Gasta saya de bayeta anaranjada, jubón de estameña parda y pañuelo blanco á la cabeza.

Para que yo salga de esta duda que me atormenta, hágame el favor de decirme si tiene una sobrina bizca, y una hermana que se llama Doña Josefa, y si le han propuesto para Obispo, como se merece, y ojalá fuera verdad.

Ocioso es añadir que se guardó para estas doctrinas escandalosas porque era difícil expresarlas delante de las madres. Las Micaelas por dentro i Cuando las dos madres aquellas, la bizca y la seca, la llevaron adentro, Fortunata estaba muy conmovida.

Por aquella época cató la familia los colchones de muelles; Torquemada empezó á usar chistera de cincuenta reales; disfrutaba dos capas, una muy buena, con embozos colorados; los hijos iban bien apañaditos; Rufina tenía un lavabo de los de mírame y no me toques, con jofaina y jarro de cristal azul, que no se usaba nunca por no estropearlo; Doña Silvia se engalanó con un abrigo de pieles que parecían de conejo, y dejaba bizca á toda la calle de Tudescos y callejón del Perro cuando salía con la visita guarnecida de abalorio; en fin, que pasito á paso y á codazo limpio, se habían, ido metiendo en la clase media, en nuestra bonachona clase media, toda necesidades y pretensiones, y que crece tanto, tanto, ¡ay dolor! que nos estamos quedando sin pueblo.

Es cabezorra, llana de cogote y algo bizca; tiene el pecho voluminoso y caído, como pasiega harta de criar, el rostro rojizo, el cuello negruzco, y el trozo de carne, que pudiera ser nariz, desformado y torcido, como si guardase recuerdo de un tremendo puñetazo.