United States or Cook Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Yo soy tu padre, Gonzalo, y debo padecer contigo... Además, mi presencia hacía falta... Me han dicho que vas a batirte con ese... ¡con ese pirata! ¿Es verdad? No... por ahora no hay nada respondió el joven con alguna vacilación. ¡No me engañes, Gonzalo! Ese desafío no puede realizarse. Vengo resuelto a impedirlo. No hay nada, tío. Sosiéguese usted. Es inútil que me engañes.

¿Por qué?... No: no debes batirte... ¡Yo soy, yo, el que ha de matar a ese miserable! exclamó fogosamente el hermoso mancebo. Gracias, Pablo, gracias respondió Gonzalo gravemente con voz temblorosa, apretándole la mano con efusión. Eso no puede ser. Medita un poco sobre el asunto, y verás que te engañan tus buenos deseos y el cariño que me tienes. Costó mucho trabajo convencerle, sin embargo.

Luego me incorporé vivamente, porque Ruperto gritaba con despreciativo acento: ¡Ea, venid! ¡Aquí está el puente! ¡A no ser que Miguel el Negro os lo prohiba, perros, para convertirse él mismo en campeón de su dama! ¡Vén a batirte por ella, Miguel! Si la lucha había de ser entre tres bien podía yo tomar parte en ella, por malparado que estuviese. Di vuelta a la llave, entreabrí la puerta y miré.

te batiste y diste tu sangre por una causa que aún no conoces a estas horas. Fuiste a la guerra tan ciego como yo. No pongas esa cara de asombro, no intentes protestar. Y si no, vamos a ver: ¿qué deseabas al batirte por don Carlos? ¿Yo? Pues ante todo, que le diesen a cada cual lo suyo. ¿Le pertenece a su familia la corona? Pues que se la den. ¿Y eso es todo? preguntó Luna con displicencia.

Al mismo tiempo hacía responsable á «la Generala», creyendo que ésta había podido influir en su decisión. ¡Aquel teniente era tan admirado por doña Clorinda!... Como si contestase á sus ocultos pensamientos, Atilio siguió hablando. ¿ crees que á me interesa ese muchacho con el que deseas batirte?

Sus ojos chispearon y clavando en el monstruo una mirada irritada le dijo: ¿Sabes que me está apeteciendo agarrarte por las piernas y batirte la cabeza contra ese árbol? ¡Prueba á hacerlo! replicó el minero llevando la mano al bolsillo. No lo hago porque siendo malo como eres tendría que pagarte por bueno... que has hablado con Demetria ayer.

Una hora hace que te aguardo. Ya lo habría dejado para mejor ocasión si no fuese porque tengo que pedirte un gran favor, contando con tu amistad. Ya sabes, Felipe respondió Amaury, que te considero como mi mejor amigo. Así, no habrás de enojarte por lo que ahora te diré. ¿Tienes que pagar una deuda de juego o batirte en duelo?

Esas son las dos únicas cosas que no admiten demora. ¿Has de pagar hoy? ¿Has de batirte mañana? En cualquiera de esos casos dispón en el acto de mi bolsa y de mi persona. Nada hay de lo que imaginas respondió Felipe. Venía a hablarte de un asunto bastante más importante, pero no de tanta urgencia.

Además, nos hacen falta cañones, y esos nos vendrán a maravilla. ¡, a maravilla, idiota! Has estado esperando hasta el último momento por amor propio, ¿no es eso? Querías batirte, ensalzar tus hazañas, vanagloriarte. Y para eso juegas con la vida de todos nosotros. ¡Ea, mira! ¡Allí tienes a los otros preparándose en Framont!

Pero, ¿cómo podrás batirte en duelo con el señor L'Ambert, con arreglo a la costumbre de este país? Jamás has manejado una espada. ¿Qué haría yo con una espada? Quiero cortarle las narices, te repito, y una espada no me serviría para eso... Si al menos tirases bien con pistola... Pero, ¿estás loco? ¿cómo habría de cortar a ese insolente las narices con una pistola? Yo... ¡, es cosa resuelta!