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La que debe tener lustre es el alma, no el calzado. Parece mentira que los humanos demos tal valor a estas niñerías. ¡Injusto estuve con la pobre chiquilla! ¡Inocente y angelical criatura! Soy un animal... ¿Pero quién es el guapo que de estrellas abajo entiende y practica la justicia? El tenido por justo hace setenta y dos barbaridades cada día.

Al referir esto, Elvira tenía los ojos nublados por lágrimas de ira. Yo no me atreví a interrumpir su relato, y ella siguió: Si, chico, de aquella noche datan todas las barbaridades que he hecho en mi vida... y las que me quedan.

Decía que la luz de Madrid le alborotaba la sangre y la impulsaba a cometer barbaridades. «Con el marido que Dios me dió esto se lo yo mismo, años después , la menor barbaridad, viviendo en Madrid, hubiera sido el adulterio. Aquí distraigo el aburrimiento murmurando y sacando tiras de pellejo.

Mientras esto hablaban suegra y nuera, en la salita Obdulia y Ponte departían acerca de aquella, diciendo la niña que jamás perdonaría a su hermano haber traído a la familia una persona tan ordinaria como Juliana, que decía diferiencia, petril y otras barbaridades. No harían nunca buenas migas.

Entonces pude observar cómo se individualiza un ejército, cómo se hace de tantos uno solo, resumiendo de un modo milagroso los sentimientos lo mismo que se resume la fuerza; pude observar cómo aquella gran masa recibe y transmite las impresiones del combate con la presteza y uniformidad de un solo sistema nervioso; cómo todos los movimientos del organismo físico, desde la mano del General en Jefe hasta el casco del último caballo, obedecen a la alegría de un momento, a la pena de otro momento, a las angustiosas alternativas que en el discurso de pocas horas consiente y dispone Dios, espectador no indiferente de estas barbaridades de los hombres.

Esta enfermedad del demonio me ha echado cadenas y grillos; pero yo sanaré, con mil rábanos, sanará, y te juro que no habrá quien me sufra. ¿Has oído bien? no habrá quien me aguante.... Las bromas que yo gasto pasan por barbaridades en el mundo.... No me busques, pues, y yo te prometo que no te buscaré. Es todo lo que puedo hacer. Diciendo esto le señaló la puerta.

Pase que en otro tiempo, cuando nuestra desgracia nos tenía poco menos que en la miseria, ocurrieran ciertas cosas..., ciertas barbaridades, Mariano, de que no quiero acordarme... Echémosles una losa encima. Pero ahora ya han cambiado las cosas. Eres un bárbaro, y vas a empezar a desbastarte. no seas tonto; principia por convencerte de que eres persona decente, y así tendrás dignidad.

Al atravesar esos campos de batalla no puede uno ménos que admirar el contraste entre la humildad y el silencio de aquellos lindos valles solitarios y recónditos, y la grandeza de las cuestiones europeas que el genio de la revolucion y el de la guerra debatieron allí sobre un campo neutral. ¡Con cuánta majestad y aterradora solemnidad debieron resonar los ecos del cañon en el seno de aquellas concavidades de granito coronadas de hielo! ¡Cuán triste es pensar que la guerra, aparte de todas sus violencias, sus horrores y los ultrajes que infiere á la humanidad y la civilizacion, comete con frecuencia el gran crímen de escoger como teatro de sus barbaridades el suelo de algun pueblo pacífico, neutral, indefenso y humilde!

«Versos dijo Mariano, alzando su cabeza y poniendo atención. ¿Te gustan los versos? preguntole Isidora, gozosa de sorprender a su hermano un síntoma de decencia. replicó el muchacho ; me de memoria los de Francisquillo el Sastre, que empiezan: Salga el acero a brillar, pues soy hijo del acero... Calla, bruto; esas son barbaridades.

Y sin levantar la vista de la mesa, comenzó a apurar rabiosamente las cañas que tenía delante. Fermín dijo de pronto mirando a su amigo con los ojos enrojecidos. Yo estoy loco... loco perdío. Ya lo veo contestó Montenegro flemáticamente, sin dejar de comer. Fermín; paece que un demonio me sopla a la oreja las mayores barbaridades.