United States or Uruguay ? Vote for the TOP Country of the Week !


Noticioso el monarca de la venida del buen Catelan, ó de los presentes que Catelan traia, ora fuese por Catelan, ora por los presentes, porque la tradicion no aclara este punto, envió un piquete de soldados bajo el mando de un capitan, cuyo piquete tenia por fin el guardar al espléndido provinciano de los bandoleros y asesinos que infestaban á la sazon el bosque de Bolonia.

Apacible tristeza endulzó el manantial de sus lágrimas y luego logró represarle. Pesares de condición harto menos noble, y mil preocupaciones de un orden tan rastrero como práctico, invadieron y ocuparon el corazón de Poldy, como cuadrilla de desalmados e impíos bandoleros que entran a saco, profanan y destrozan un augusto santuario. Dos meses hacía ya que había muerto la condesa viuda.

Don Celso, agonizante quizás a aquellas horas, o tal vez cadáver ya; Lita y su madre a su lado, asistiéndole o rezando por él; Facia en los paroxismos de su reproducida tribulación; tres bandoleros asaltando la casa, y yo, con Chisco y Pito Salces, a tiro limpio con ellos, acabando de matar con el susto a mi tío, si aún vivía, y poniendo a punto de morir de congoja a las mujeres, a dos de las cuales, por lo menos, estaba yo obligado a defender de todo riesgo mientras me quedaran un soplo de vida, un cartucho que quemar o un asador que esgrimir.

Tal vez nuestros héroes hubieran caído en poder de alguna partida de bandoleros, de la cual hubieran escapado merced a la serenidad y valentía de D. Luis, albergándose luego durante la noche, sin que se pudiese evitar, y solitos los dos, en una caverna o gruta.

Los dos bandoleros continuaron hablando, sin sospechar que sobre el borde de la pendiente que tenían junto á ellos se deslizaba un hombre espiándolos. El acompañante de Manos Duras, que era el llamado Piola, le habló con tono de reconvención. Bien sabes vos que no me gustan negocios en que hay hembras de por medio. Casi nunca terminan bien, y además arman un bochinche de los demonios.

Y sin buscar ejemplo tan ilustre, el rey absoluto de España tuvo que tratar de potencia á potencia con el Tempranillo, con los Botijas y con otros bandoleros, porque no pudo vencerlos con las armas. Como quiera que sea, la situación en Cuba del general en jefe es harto penosa.

Ayer, cuando entré en casa, lo primero que hizo, mientras me saludaba, fue un registro de todos los bolsillos de mi ropa. Me desplumó. Lo que yo decía: «apenas se pone el pie en España, no se da un paso sin tropezar con bandoleros». Ahora pretende que entre todos los parientes le hagamos un piso... friolera. ¡Pobrecilla! Es una santa.

Creí conveniente declarárselo cuando no contaba contigo, porque no se lo comieran algún día los ratones, o fuera a parar, andando el tiempo, a manos que no lo merecen; porque no tengo herederos forzosos ni otros parientes pobres que esos dos bandoleros de que me hablaste el otro día, y no son merecedores más que de un grillete, que no les faltará, si viven... Déjame que se me pase este golpe de tos, y que tome otro respiro. ¡Ay, trastajo, qué miseriuca somos a lo mejor!

Yo quiero poneros al corriente del pintoresco vocabulario de esta triste gallofa contemporánea, para que no hagáis mal papel en sociedad, en la arbitraria sociedad de los nautas de lo imprevisto, funámbulos de la casualidad y piruetistas de la Puerta del Sol, que es un lugar más peligroso que Sierra Morena en el período heroico de los bandoleros. ¿Adonde vas, inmenso poeta?

Una cuadrilla de bandoleros ha presenciado el combate desde los riscos, y al ver huir a los turcos sale a su encuentro, disparando los pedreñales y esgrimiendo sus dagas.