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Con mucho gusto; pero oye: el enemigo no se da prisa en venir; ¿irán a pasar por otra parte? No tengas cuidado; necesitan apoderarse de la carretera para transportar la artillería y los bagajes. ¿Ves? Ya han tocado a botasilla. , lo he visto; parece que se preparan.

El pobre muchacho había contado conmigo como un segundo padre, y yo lo abandonaba, pasándome al enemigo con armas y bagajes. ¡Vean ustedes cómo cumplía yo la palabra que había dado a Pütz en su lecho de muerte!

Maltrana pensó que alguna vez la hoguera, falta de nuevos combustibles, se extinguiría poco a poco; y cuando sólo quedasen rojos tizones y las tinieblas voraces invadiesen el círculo de luz, vendría la gran pelea, la lucha en la sombra, el empujón arrollador de la muchedumbre, el asalto de los engendros de la obscuridad, para apoderarse de todas las riquezas de los felices: de los bagajes que contienen el bienestar, monopolizado por ellos; de las armas, que son su mejor derecho.

El marqués salió de su estupefacción, iniciando el esperado movimiento afirmativo; pero Robledo le contuvo con un ademán para que esperase, y añadió enérgicamente: Ya sabes mis condiciones. Allá hay que ir como á la guerra: con pocos bagajes; y una mujer es el más pesado de los estorbos en expediciones de este género... Tu esposa no va á morir de pena porque la dejes en Europa.

Tenian dispuestos alojamientos, prontos los víveres y bagajes necesarios: se excedia en el cuidado de los enfermos; salian al encuentro á larga distancia los indios gobernadores, acompañados de sus segundas y curacas, con danzas y músicas á su uso, para acreditar el gusto y complacencia con que le recibian: de modo que parecia no habia tenido aquel pais alteracion alguna.

Yo le encuentro guapo declaró la joven con entusiasmo. ¿Habrá que decírselo? La joven se echó a reír y dijo con más seriedad: La verdad es que la edad no importa en la cuestión. Hay octogenarios sin bagajes, y Mozart y Bonaparte eran ya viejos de gloria a los treinta años. ¡Ay! señorita, ¿hay que ser Mozart o Bonaparte para encontrar gracia con usted?

-Señor -replicó el mancebo-, yo llevo en este envoltorio unos greguescos de terciopelo, compañeros desta ropilla; si los gasto en el camino, no me podré honrar con ellos en la ciudad, y no tengo con qué comprar otros; y, así por esto como por orearme, voy desta manera, hasta alcanzar unas compañías de infantería que no están doce leguas de aquí, donde asentaré mi plaza, y no faltarán bagajes en que caminar de allí adelante hasta el embarcadero, que dicen ha de ser en Cartagena.

Hizo poner las tiendas, encender fogatas, y cenar la tropa con brevedad, y al acabar el dia mandó de nuevo tomar las mulas de refresco que tenia anticipadas, y dejando el campamento con solo 20 hombres veteranos á cargo de un oficial, se puso en movimiento con mucha precaucion y silencio; y dejando á la derecha en el pueblo de Suipacha el camino de la Plata, tomó el de la izquierda, que dirigia á Tupiza, previniendo al oficial que quedaba en el campo, cuidase con exactitud y vigilancia, permaneciesen encendidos los fuegos, y se pasase la palabra toda la noche: dejándole tambien la órden, para que antes de amanecer el nuevo dia, levantase el campamento, y siguiese sus pasos con el equipage y bagajes que le quedaban.

Era el momento de salir la expedición sobre Tucumán; las divisiones empiezan a desfilar una en pos de otra; en la plaza están los troperos cargando los bagajes; una mula se espanta y se entra al templo de Santa Ana.

Resentida profundamente Currita por lo que ella creyera desaire de la abdicación, había decidido al punto pasarse con armas y bagajes al enemigo, satisfaciendo de este modo sus femeniles deseos de venganza y realizando al mismo tiempo su continuo anhelo de dar que hablar a todo el mundo y ser siempre la primera de la primera línea.