United States or Saint Barthélemy ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando duermo en algún cortijo o me escondo en mi casa por unos días, la primera vez que me meto en cama como cualquier cristiano y como de caliente en una mesa como ésta, me lo agradese el cuerpo; pero endispués me canso y paese que me tira el monte con sus miserias, y que me hase farta dormir al raso envuelto en la manta y con una piedra de cabesera... ; yo sirvo pa sordao; yo sería un güen sordao... Pero ¿aónde ir?... Se acabaron las guerras de verdad, donde ca uno, con un puñao de camarás, hacía lo que le aconsejaba su caletre.

¿Aónde vas , cabezota? gritó deteniendo a un pequeño que correteaba perseguido por otros . Fíjese, don Isidro, qué guapo: paece el niñico Jesús. Su madre es una italiana con ocho hijos, y anda malucha, tendida por los rincones, sin poer la probe ocuparse de ellos. ¡Si no fuese por !... ¡Ah, ladrón!

Diniero él, mucho diniero... Ser capatazo de la sopa en el Sagriado Corazón de allá... y en toda la probieza de allá, mandando él, con garrota él... barrio Salmanca... capatazo... Malo, mu malo, y no dejar comer... Ser un criado del Goberno, del Goberno malo de Ispania, y de los del Banco, aonde estar tuda el diniero en cajas soterranas. Guardar él, matarnos de hambre él...

Pa abreviá: que el otomóvil se etuvo un poco más ayá, y yo di una galopá pa reunirme con er señó y ajustar las cuentas. Un hombre que pué meter la bala aonde quiere, lo para too en er camino. Gallardo escuchaba asombrado al Plumitas hablar de sus hazañas de carretera con una naturalidad profesional. A usté no tenía por qué detenerle. Usté no es de los ricos.

Pocas veces se vería tan bien tratada como en el cortijo del señor Juan Gallardo. Ahora a portarse bien, que la jornada iba a ser larga. ¿Y aónde vás, camará? dijo Potaje. Eso no se pregunta... ¡Por er mundo! Ni yo mismo lo ... ¡A lo que se presente! Y poniendo la punta de un pie en uno de los estribos oxidados y manchados de barro, dio un salto, quedando erguido sobre la silla.

Pipa, que no se parecía en nada á las eminencias de nuestra esclarecida sociedad, lejos de sofocar aquella naciente inteligencia, soltó la presa que tenía agarrada y se dispuso, después de mirar á los suyos, á prestarle toda la influencia de su posición. Sígueme le dijo con ademán solemne. ¿Aónde? Á pulir la estopa. ¿Tienes más? ¡Tengo un escoplo, de mistó!

Fermín llegó a temer que el atleta cayese navaja en mano sobre sus compañeros. ¡Aonde ir con estos brutos! rugía Juanón. Premita Dios u el demonio que nos cojan a todos y nos ajorquen... Y a el primero, por bestia; por haber creído que servíais pa algo. El desdichado hombretón se alejó, queriendo evitar un choque con sus feroces camaradas.

Yo soy «gallardista», ¿sabe usté?... Yo le he aplaudió más veses que usté pué figurarse. Le he visto en Seviya, en Jaén, en Córdoba... en muchos sitios. Gallardo se asombró de esto. Pero ¿cómo podía él, que llevaba a sus talones un verdadero ejército de perseguidores, asistir tranquilamente a las corridas de toros?... El Plumitas sonrió con expresión de superioridad. ¡Bah! Yo voy aonde quiero.

Da grima le dije obedeciéndole , pensar en la conducta de este renegado montañés. Tuve que descifrar la metáfora para que el espolique me entendiera lo que yo quería decirle; y en cuanto me hubo entendido, me respondió: Déjeli, déjeli que se vaya en gracia y antes con antes aonde jaz más falta que aquí. Pa meter buya y causar malis a lo mejor, ríus como ésti nos sobran por la banda de acá.

El güen camino está cerrao a los probes. El español no sabe qué haser. No queda ya aónde ir. Lo que había en er mundo por repartirse se lo han apropiao los ingleses y otros extranjis. La puerta está cerrá, y los hombres de corazón tenemos que pudrirnos dentro de este corral, oyendo malas palabras porque no nos conformamos con nuestra suerte.