United States or Sint Maarten ? Vote for the TOP Country of the Week !


De este modo terminaba el año 1810, preparándose, merced á acontecimientos que casi nos atreveremos á calificar de providenciales, la realizacion de los deseos en que ardia el corazon de los venezolanos. Entrada del año 1811. Reunion y organizacion de un Congreso. Disposiciones adoptadas por esto Cuerpo. Conspiraciones. Salida del general Toro para Valencia.

Y no creo que haya motivo añadió el duque, mirándole de alto abajo y sonriendo de una manera que nos atreveremos á llamar triunfante ; no creo que haya motivo para que tan embozado, tan en silencio, y con un encubrimiento y un silencio tan inútil, vengáis á mi casa y pretendáis salir de ella; como os habéis tapado la cruz y el rostro con el ferreruelo, debiérais haberos puesto en cada pie un talego, á fin de tapar vuestros juanetes y disimular lo torcido de vuestras piernas; no digo esto por mortificaros, sino porque comprendáis que os he conocido, don Francisco.

Fundadas tan poéticas relaciones en la estimación mutua, para Rosita era el Conde de Alhedín como un oráculo, sobre todo cuando se trataba de una ciencia que nos atreveremos a llamar Estética social; esto es, de calificar a las personas, y a las acciones y a las cosas, de elegantes, de distinguidas y de bellas.

Pero para subsanar en cierto modo esta falta, quedaban íntegras más allá de las hojas rasgadas, algunas otras escritas con seguridad, y aun nos atreveremos a decir con reflexión, en estado de razón completa. He aquí aquellas páginas: * He despertado de un largo sueño. No cuánto tiempo ha durado mi sueño. Pero ha debido de ser largo. Me he encontrado en una prisión.

¡Oscilación encantadora, gracioso equívoco! Al límite de los dos reinos y bajo esas flotantes apariencias tan fantásticas, el espíritu da testimonio de sus primeros albores. Es el alba, la aurora matutina. Con sus resplandecientes colores, sus nácares y esmaltes, señala el sueño nocturno y la idea del día que aparece. ¡Idea! ¿Nos atreveremos á pronunciar esta palabra?

Sin duda las niñas contemplaron más todas estas cosas, y se deleitaron más con la dulzura de la voz del señorito que con el que nos atreveremos á calificar de idilio, la mitad de cuyas palabras estaba en griego para ellas. Don Fadrique había reparado en todo. Como la mayor parte de los distraídos, era muy observador, y prestaba atención intensa cuando se dignaba prestarla.