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Llaman así al acto de colocar los pliegos de papel unos sobre otros, escalonados, dejando descubierta en todos una fajita igual, que es lo que se tiñe. Como Jacinta observaba atentamente el trabajo de D. José, este se esmeró en hacerlo con desusada perfección y ligereza. Daba gusto ver aquellos bordes, que por lo iguales parecían hechos a compás.

Pero entre todos los modos de vivir, ¿qué me dice el lector de la trapera que con un cesto en el brazo y un instrumento en la mano recorre a la madrugada, y aún más comúnmente de noche, las calles de la capital? Es preciso observarla atentamente.

La locura por la honra. El hijo de la Iglesia. El divino pastor. Propúseme llamar la atención hacia los riquísimos tesoros que existen en las dos bibliotecas mencionadas. Otra cuestión es decidir si todas estas piezas, ó cuáles de entre ellas son realmente de Lope de Vega, que sólo puede resolverse después de examinarlas atentamente. Yo no he podido hacerlo.

Volviendo á nuestro gran patio, cuyas escenas observábamos muy atentamente, la atmósfera quedó muy en breve oscurecida por el humo, bajo la sombra de los árboles. La sociedad, según los temperamentos, se clasificó en dos categorías: los comunicativos, y los somnámbulos ó soñadores. Donde quiera que habia mujeres, familias, se charlaba y hacia ruido sin descanso.

Hay mujeres cuya idea nos subyuga como el destino... nos atraen, pero uno siente que la voluntad no debe intervenir para nada. Volví a verla, en un teatro; estaba ella con varias amigas y no me vio. La observé atentamente.

Si no me engaño, arquero, dijo el barón adelantándose después de mirar atentamente al sorprendido cautivo, acabas de hacer prisionero al noble caballero español Don Diego de Álvarez, á quien tuve la honra de ver un tiempo en la corte de nuestro príncipe.

El conde le observaba atentamente de la cabeza á los pies. ¿Y piensan ustedes pasar mucho tiempo en esta posesión? Quizá todo el verano: después de once años de abandono, ya comprenderá usted que no me faltarán asuntos que arreglar. ¡Ah! Indudablemente. La verdad es que han sido ustedes crueles con nosotros, privándonos de su presencia tanto tiempo. Mil gracias... deje usted el sombrero.

Lo que yo tengo es algún eje roto aquí y señaló su corazón , y creo que aquí también añadió tocando su cabeza, prematuramente blanca. Salvador se echó a reir con una impetuosa carcajada jovial, que rodó por la sala con escándalo. La niña, muy seria y cuidadosa, escuchaba atentamente. Observándola don Manuel, le dijo: Vete, querida mía, a jugar abajo, ¿quieres?

Trovador no se detuvo hasta El Castañar, añadió echando pie á tierra y teniendo el estribo á su ama; y aun así, trabajo me costó cogerlo. ¿Os ha sucedido algo desagradable? Estaréis cansada ¿verdad? Nada me ha sucedido, Rubín, gracias á la cortesía de este doncel, dijo, mientras el paje miraba atentamente á Roger.

Aceptó gustoso, desensilló su mula, que unió a las nuestras, puso las valijas en un punto seguro, junto al cual tendió su cama, y en seguida se acercó al fogón y sentado en una piedra empezó a charlar, siguiendo atentamente los progresos del fuego.