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El apuntador concentraba toda su vida en los ojos, é inclinado sobre la pieza la movía, buscando la parte sensible de aquel cuerpo gris y prolongado que asomaba á flor de agua lo mismo que un cetáceo. De pronto, una nube de astillas voló cerca de la proa del vapor. Un proyectil enemigo acababa de chocar con el borde de los techos que cubrían la cocina y los ranchos de la tripulación.

Las otras dos se hicieron astillas en la playa, donde las habían varado para recorrerlas un poco, con un marejón tremendo de Levante, cosa rara aquí, que se les fue encima una noche, de repente. Los dueños se quedaron sin ellas, y los pescadores que las tripulaban a la parte, tan satisfechos.

Corrí a la gradería de bambú que daba al patio. Rompí la valla, y penetré en la cuadra. Mi caballo, preso en las tinieblas relinchaba, tirando furiosamente del cabestro. Salté sobre él, sujetándole por las crines. En este momento, por el postigo de la cocina que había saltado en astillas, penetró una horda armada de linternas, lanzas, clamando delirante.

Tras de un rato, al agacharse a atizar las astillas, le pareció que sus ojos turbios veían en el suelo, delante del hogar, algo que tenía la apariencia de oro. ¡Del oro! su oro devuéltole tan misteriosamente como le había sido robado. Entonces sintió que su corazón se ponía a latir con violencia, y durante algunos instantes fue incapaz de avanzar la mano para tomar el oro recuperado.

Por un lado, la entrada del puente tiene como obstáculo el enorme abanico de raíces arrancadas y el montón de tierra y piedras que llenan los intersticios; y por el otro, las ramas enlazadas y las astillas obstruyen el paso.

Isidro pensó con envidia en la fuerza de los obreros. De tener el vigor de un albañil, de un peón del adoquinado, arrancaría una puerta, haría astillas una ventana para mantener el fuego; se defendería de la noche cruel, eterna como la muerte. Lamentaba su miseria física, que añadía nuevas tristezas a su situación.

En la tarde del día 1.º de Octubre D. Benigno Cordero contemplaba, con afligido semblante las ruinas de la casa del absolutismo. Una docena de ganapanes, vigilados por individuos de la policía y de la curia, removía los escombros, sacando cascote, podridas vigas, y muebles hechos astillas. El dinero y el cuerpo de D. Felicísimo aparecieron al fin como objetos extraídos de una excavación pompeyana, entre el pasmo y la consternación de los espectadores, movidos quien de curiosidad, quien de codicia.

Como una luz que se apaga al soplo del viento, Navarro cerró la boca, apretó los labios fuertemente cual si quisiera hacer de los dos un labio solo, frunció las cejas haciendo de ellas como un nudo encargado de contener y apretar toda la piel de la frente, y descargó al fin la mano con tanta fuerza sobre el brazo del sillón, que a punto estuvo este buen inválido de saltar en astillas.

Un trasto inútil, un mueble incómodo que se empeña en permanecer intacto y todos desean verlo hecho astillas para arrojarlo al montón. No; eso no es verdad, don Eugenio. En aquella casa le quieren a usted todos. Me consta. Y yo también dijo el viejo con gran calor , yo también los quiero con toda mi alma. ¿Tengo otra familia acaso?

La organizacion social del pueblo ingles, su vida práctica que he visto, las mil y mil barrerás que le separan de la aristocracia, esas desigualdades insultantes que allí se ven, esos privilegios-leyes que destruyen la igualdad social, atacan la dignidad humana y adulan el orgullo de unos cuantos, todo ese viejo edificio ingles, casi feudal, á pesar de todos los discursos que se hacen por todo el mundo, diciendo que la Inglaterra marcha á la cabeza de la civilizacion, puede caer un dia en astillas, á impulsos del hacha revolucionaria, á impulsos de un movimiento, quizá mas próximo é inevitable que lo que casi todos creen.