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Ya verá usted qué simpático es mi papá. Quedará usted encantado de él. En Sevilla no hay quien no le conozca y le quiera. Me conmovió la ternura y el entusiasmo con que la condesita hablaba de su padre, que, según la voz pública, la estaba arruinando.

Mónica seguía: Yo tengo la tema de que los señores se gastan ustés el dinero con las que valen menos: toos los cabayeros de Madrid se están ustés arruinando por docenas de mujeres perdías y las mejores se las dejan pa los estudiantillos y los horteras. ¡Hay por ahí ca menestral, y ca señorita cursi..., y ustés gastándose el dinero con unos plumeros!

¡Una verdadera infamia! le respondió Lépero guiñándole el ojo . Un supuesto contrabando, por el cual han formado causa a este pobre hombre, y le están arruinando miserablemente. ¡Eso digo yo! suspiró don Zambombo, bamboleando de un hombro a otro su monstruosa cabeza. Pues, amigo mío dijo don Celso , jamás hallará usted mejor ocasión que ésta para salir airoso en su empeño.

Todavía quieres más, y estás derribando una manzana de casas viejas para hacer casas domingueras y sacarles las entrañas a los pobres. No hagan ustedes caso de esta rata eclesiástica indicó Moreno, sentándose entre Barbarita y Jacinta . Me está arruinando. Voy a tener que irme a un pueblo porque no me deja vivir. Es que no me puedo descuidar.

La casa de campo y los predios que la rodeaban y pertenecían, valían mucho menos de lo que podía presumir el conspirador, si juzgaba por lo que le costaban, pero él no paraba mientes en tal materia: se iba arruinando ni más ni menos que su patria; pero así como la lista civil le dolía lo mismo que si la pagase él entera, de las mangas y capirotes que hacían con sus bienes le importaba poco.

Véase á las veces que afligida una persona de alguna enfermedad peligrosa, se queja tan lastimosamente, que al cielo llegan sus voces, pero sin conocer la causa i origen de su mal; así todo el mundo se queja de estos padres, quién perseguido de ellos, y quién por ser correspondido con poca fidelidad; y el mal todavia continúa sin poderse penetrar y conocer la raiz de él, que es el deseo é intento que tienen de engrandecerse; por cuyo respecto no lo tienen de disgustar mas á este que á aquel, de engañar los principes, de oprimir los pobres, de sacar con su artificio las haciendas de las viudas, arruinando familias nobilisimas, i ordinariamente ser causa de sospechas i disgustos entre principes cristianos, por quererse ingerir y meter en los mas grandes negocios que tratan: ahora como seria inconveniente que la parte últimamente formada en el principio de la naturaleza atrajese y quitase la sangre mas pura que las partes vitales del compuesto, para que sirviese de instrumento á las otras menos principales, pues con esto quedaría acabada; de la misma manera desdecia que la religion de estos padres puesta en la Iglesia para convencer herejías y reducir pecadores á penitencia, atraiga y lleve á los negocios mas graves é importantes de príncipes y prelados, sacando los espíritus vitales de sus intereses, aplicándolos todos á si, porque de aquí nace el turbarse la paz pública y privada, y se oprimen muchos sugetos dignos de ser elevados, se elevan otros dignos de ser oprimidos con otros mil inconvenientes que de esta causa nacen.

Lo mismo era su padreEntonces comenzó a contarme que se conocían desde niños, que luego, de muchachos, habían estado juntos en Londres empleados en la misma casa de banca. Por último, que su padre, el de Pepe, le había mandado de chico a Inglaterra por una trastada que hizo aquí, y que el tal padre era un tío muy malo que había quebrado en falso arruinando a mucha gente.

también continuó estás algo tocado de ese afán de hacerte rico, aunque sea arruinando al mundo entero. No te culpo por esto; es la fiebre de la época, y la juventud es la que con más calor apadrina las ideas nuevas. Tienes razón; yo no puedo, yo no debo meterme en los negocios de Antonio; carezco de derecho. ¿Qué soy en aquella casa?

Seria de desear, que se penetrasen de estas observaciones los que nos presentan enfáticamente el espiritualismo de Kant arruinando el sensualismo de Condillac. En nuestro interior hay muchos fenómenos no sensibles, de los cuales tenemos conciencia muy clara. La reflexion, la comparacion, la abstraccion, la eleccion y todos los actos del entendimiento y de la voluntad, nada encierran de sensible.