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, hijo mío, aquí estoy viéndote llorar como San Pedro después que hizo la canallada de negar a Cristo. ¿Te arrepientes de lo que has hecho? , ... amri... ¡Haber pegado ti!... ¿Doler ti mocha? ¡Ya lo creo que me escuece! Yo malo... yorando días mochas, poique pegar ti... Amri, perdoñar ... ... perdonado... Pero no me fío. Tomar palo le dijo alargándoselo Venir qui... cabe .

Todas las hazañas de su hijo ensalzadas y amplificadas por Argensola desfilaban ahora por su memoria. Tenía al héroe ante sus ojos. ¿Estás contento?... ¿No te arrepientes de tu decisión?... ; estoy contento, papá... muy contento. Julio habló sin jactancia, modestamente. Su vida era dura, pero igual á la de millones de hombres.

Me arrepiento de haberte dicho lo de D. Jaime. ¿Y por qué te arrepientes? preguntó con sencillez doña Luz . Yo no creo probable que ese caballero cortesano se enamore de , en tres o cuatro días que ha de estar por aquí; pero como ni eso es imposible, ni me ofende el que , estimándome en más de lo que merezco, me vaticines tal triunfo, no tienes para qué arrepentirte, a no ser por el temor de exaltar demasiado mi amor propio.

, mamá... ..., te mueres repuso la joven con el rostro encendido, llena de sobresalto y congoja, temiendo que no estuviese bien preparada . Arrepiéntete de los pecados que hayas cometido... ¿No es verdad que te arrepientes y pides perdón de ellos al Señor?... ..., murmuró la enferma.

Pues, hija arguyó Belén con aquel sonsonete que había aprendido y que tan bien se acomodaba a su figura angelical y a sus moditos insinuantes , ten entendido que aunque tus crímenes fueran tantos como las arenas de la mar, Dios te los perdonará si te arrepientes de ellos. Oír esto Mauricia y dar un gran berrido y soltar otra catarata de lágrimas fue todo uno.

Es indispensable que le envíes a decir que te arrepientes y que la cita ya no tendrá lugar. Juanita conoció que el momento era llegado en que tenía que echar a rodar su humildad y obediencia, declarándose independiente de su maestra y amiga y manifestando lo enérgico e indómito de su voluntad, que a nada ni a nadie se doblegaba.