United States or Russia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los dos, instintivamente se aproximaron á un banco, buscando la sombra de ébano de los árboles. Freya se había serenado de pronto. Parecía irritada contra ella misma por su abandono durante la marcha.

Diez minutos después llegaba el trineo a la linde de estos bosques, y el doctor Lorquin, volviéndose sobre la silla del caballo, preguntó: ¿Qué hacemos ahora, Frantz? Este es el sendero que se dirige a las colinas de San Quirino, y este otro el que baja al Blanru. ¿Cuál tomamos? Frantz y los hombres de la escolta se aproximaron.

Por más que quiso replicar Antoñita, no le fue posible, pues sus invitados se aproximaron para despedirse, y se fue Amaury con ellos sin que le fuese dable agregar a lo dicho una palabra.

El señor Macey espera alguna palabra de nuestra parte dijo Dolly ; se ofendería de que pasáramos sin decirle nada... a él, que está tan mortificado por el reumatismo. Se aproximaron, pues, para darle un apretón de manos al anciano. Había contado con esta circunstancia y premeditado su discurso. ¿Qué tal, maese Marner? dijo con voz que temblaba un poco ; he vivido para ver mis palabras realizarse.

Entraron en la alcoba Amparo y Conchita, y al ver a su tío, con el instinto de jóvenes precoces y conocedoras del mundo, se aproximaron a él, besándole en la frente.

El anciano Materne se subió en un tronco y luego descendió, diciendo gravemente: Son ellos. Se produjo una gran agitación. Los grupos lejanos se acercaron, y los demás se aproximaron también. Una especie de estremecimiento de impaciencia dominaba a la multitud.

Fuera del edificio estaba toda la servidumbre, aterrada aún por la tempestuosa explosión de cólera del Hombre-Montaña. Muchos de los atletas semidesnudos se aproximaron á Flimnap con los brazos en alto. ¡No entre, doctor! gritabanLe va á matar! Vió también á un grupo de hembras membrudas y malencaradas, reconociéndolas como pertenecientes á la policía.

Cuando Pierrepont y Fabrice se aproximaron a la placa para fijar los cartones, advirtieron a Beatriz sentada en el campestre banco: Beatriz trabajaba en su tapicería. Los dos hombres cambiaron una mirada. Uno y otro sabían que la avenida de los arrayanes era para Beatriz un lugar favorito de paseo y de retiro.

Al verle de pie, sus dos camaradas se aproximaron sonriendo á Ferragut, «¿Qué deseaban tomarLes invitó á sentarse en torno de su mesa; pero tenían prisa: iban á ver al consignatario de sus barcas. Ya lo sabe, capitán dijo el patrón al despedirse . Esos demonios le buscan para jugarle una mala pasada. Usted sabrá por qué... ¡Mucho ojo! En el resto de la tarde hablaron poco Ferragut y Tòni.

Varias aletas triangulares pasaron sobre el agua, cortándola como cuchillos, al mismo tiempo que la profundidad se ensombrecía con veloces sombras de ébano. Cuando al fin se aproximaron á la tierra, Ferragut vió la muerte más de cerca que en alta mar. La costa se elevaba como una muralla inmensa. Vista desde el bote, parecía cubrir la mitad del cielo.