United States or China ? Vote for the TOP Country of the Week !


Mañana saldrá para allá con toda la familia.... Es cosa hecha; allí tendrás una colocación muy regular.... Avisa a Castro.... ¡No más alegatos! ¡No más chismes ni pleitos! Ya dije a ese caballero que no entiendes jota del negocio, pero que aprenderás. ¡Buena persona! ¡Muy buena persona! Procura verle mañana, antes de medio día; le darás esta tarjeta... y... ¡listo! Ahora: ¡al comedor!...

aprenderás esto, aprenderás a poner tu fealdad a los pies de la hermosura, a contemplar con serenidad y alegría los triunfos ajenos, a cargar de cadenas ese gran corazón tuyo, sometiéndolo por completo, para que jamás vuelva a sentir envidia ni despecho, para que ame a todos por igual, poniendo por encima de todos a los que te han causado daño.

En una ocasión cayó por mi misma casa de huéspedes un teutón, aprovechado como todos ellos, que buscaba aprender en vivo y por obra de práctica asidua el castellano. «Tate, pensé; aprenderás mi habla, pero yo aprendo la tuya», como así fué. El griego me lo enseñó un opositor a cátedras, y muy rápidamente, con gran sorpresa mía.

Sólo añadiré que de mi trato frecuente con este bendito Padre, ha nacido en grande afición a la lengua castellana y que he adquirido y leído los mejores prosistas y poetas, que en ella han escrito o escriben. Te callo también mi nombre indio, porque no quiero que le estropees y porque es tan enrevesado, que sólo aprenderás bien a pronunciarle por medio de la voz viva.

Fernández necesita un empleado en su hacienda de Santa Clara. Allí ganarás un poco más. Temo una cosa.... ¿Cuál? ¿No servir para el caso? ... ¡qué entiendo yo de cosas de campo! Aprenderás, muchacho. No seas tímido, porque nunca harás letra. Estarás allí muy contento. Fernández es persona muy fina. Trata muy bien a sus empleados.

Ni aun viéndole tan abatido cejó Doña Francisca en su tarea de mortificación, y el día de mi llegada que le decía: «Bonita la habéis hecho... ¿Qué te parece? ¿Aún no estás satisfecho? Anda, anda a la escuadra. ¿Tenía yo razón o no la tenía? ¡Oh!, si se hiciera caso de ... ¿Aprenderás ahora? ¿Ves cómo te ha castigado Dios? Mujer, déjame en paz contestaba dolorido mi amo.

¡Muy bien! ¡Me alegro mucho! decía el Señor, mientras una sonrisa agitaba su barba resplandeciente . Eso te enseñará á no desobedecer á tus superiores, y sobre todo, á no seguir los consejos de una hembra. ¿Creías acaso que ibas á comer gratis en el Paraíso y hacer al mismo tiempo lo que se te antojase?... ¡Sufre, hijo mío! ¡Trabaja y rabia! Así aprenderás lo que cuesta la libertad.

Mi tía la Sanguijuelera contestó el chico con tan graciosa naturalidad, que Isidora no pudo contener la risa. Ya aprenderás mil cosas que no sabes. Y dime ahora, ¿qué aspiración tienes ?... ¿Qué quieres ser?... Yo no quiero ser nada repuso él con apatía. Es preciso que estudies y que trabajes. No volverás a la fábrica de sogas. Irás a un colegio. ¿Qué carrera quieres seguir?».