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Esta que es una restauracion hecha en la basílica antigua despues de la reconquista. Pero ¿quién se atreverá hoy á clasificar con seguridad la arquitectura de las interesantísimas parroquias de Córdoba?

Señaló Antoñona para la cita la hora de las diez de la noche, porque ésta era la hora de la antigua y ya suprimida o suspendida tertulia en que D. Luis y Pepita solían verse.

De resto, la ciudad cuenta importantes institutos de instrucción y beneficencia, y se echa de ver que el espíritu moderno va poco á poco penetrando al corazon de la antigua corte castellana. Su movimiento comercial es ya considerable, gracias al canal de Castilla y las demas nuevas vias de comunicación.

Los antiguos poetas nacionales eran demasiado queridos del pueblo para ser olvidados en seguida; las comedias de Calderón y los demás maestros del período anterior inmediato, continuaron formando parte del repertorio, y hasta en las obras de algunos autores más modernos, que rechazaron las nuevas ideas, se mantuvo todavía algún débil resplandor de su antigua grandeza.

En las catedrales de la España mozárabe, lo mismo que en las de la Espada goda, habia dos casas de comunidad, la una de eclesiásticos segun costumbre antigua, y la otra de niños educandos como se estila aun en los seminarios.

Usted se quedó a pie, es usted gente ordinaria, canalla. ¡Milagros todos de la ilustración! En la historia antigua no se ve un solo ejemplo de un duelo. Agamenón injuria a Aquiles, y Aquiles se encierra en su tienda, pero no le pide satisfacción. Alcibíades alza el palo sobre Temístocles, y el gran Temístocles, según una expresión de nuestra moderna civilización, queda como un cobarde.

Este replica en italiano, y aquella prosigue describiendo primero su antigua dicha, y los tristes presentimientos y visiones que luego le afligieron, presagios de la desgracia que le amenazaba. Lee después una carta, que refiere prolijamente la lucha de genoveses y españoles, y concluye diciendo que toda la armada española, con sus reyes, príncipes y grandes, había caído en poder de los enemigos.

La casa del señor de las Matas era de piedra amarillenta y carcomida, cuadrada, de un solo piso; grandes balcones de hierro forjado, enorme puerta claveteada formando arco; más antigua y más señorial que la de don Félix, pero también más pobre.

Por fin le presentaron en la casa; ella no le puso mala cara, y estuvieron en relaciones... cosa de seis meses. Pues no comprendo... Al cabo de aquellos seis meses llegó el verano. Mis señoritas tienen costumbre de salir de Madrid todos los veranos, y se encontraron con que aquel año no podían: verá V. por qué. La casa donde vivimos en Madrid es de doña Carmen; un caserón viejo, a la antigua.

Fueron entrando en el comedor amigos entusiastas que antes de ir a almorzar a sus casas deseaban ver al diestro. Eran viejos aficionados, ansiosos de figurar en una bandería y tener un ídolo, que habían hecho del joven Gallardo «su matador» y le daban sabios consejos, recordando a cada paso su antigua adoración por Lagartijo o por Frascuelo.