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D. Cristóbal de Moura no pasa, sin embargo, de ser mero instrumento de superiores voluntades humanas; su figura se hunde y se anega, digámoslo así, en el torrente impetuoso de los grandes sucesos, y su personalidad queda obscurecida y eclipsada por las de aquellos príncipes y señores que intervienen en los sucesos, que los dirigen o los determinan, y cuyos caracteres, talentos, virtudes y vicios, despiertan más nuestra curiosidad y llaman hacia ellos nuestro pensamiento con mil veces mayor atractivo.

Lee los libros que te en las manos sin cuidarte de profundizar en sus páginas más de lo que ellas te descubran; que el libro, como el vino, fortalece si no se abusa de él, embriaga si se prodiga. La ciencia es a la paz del alma lo que el agua a la semilla; con poca se fecunda y con sobrada se anega.

Estas hermosuras se ocultarían completamente a la vista de Filomenas y Josefinas cuando estuviera concluida la iglesia en que se trabajaba constantemente. Cada día, la creciente masa de ladrillos tapaba una línea de paisaje. Parecía que los albañiles, al poner cada hilada, no construían, sino que borraban. De abajo arriba, el panorama iba desapareciendo como un mundo que se anega.

El terruño de suyo es seco, pero en tiempo de lluvias, que duran desde Diciembre hasta Mayo, se anega tan disformemente la campaña, que se cierra el comercio y se forman muchos ríos y grandes lagunas, que abundan de muchos géneros de pescado, los cuales pescan con cierta pasta amarga con que atontados salen á la superficie del agua.

A las doce y media pude sacar la embarcacion, y volví á hacerme á la vela: las dos y cuarto de la tarde volví á varar, y tan de firme que no fué posible poder sacar el bergantin. Inmediatamente bajé á ella, y la atravesé hasta la parte opuesta que tiene media legua de ancho, y me parece que con tiempos fuertes se anega toda.

Los españoles de los siglos XVI y XVII miraban con harta antipatía a los genoveses y flamencos, monopolizadores de nuestro comercio, y los acusaban de empobrecer a la Monarquía: "el estranjero Saca de España el dinero Para nuestros propios daños." "Es Madrid una talega De piezas, donde se anega Cuanto su máquina pare.

Navegando, he perdido la noción del tiempo; embarcado, los días son largos, y, sin embargo, los años, suma de días, son cortos, escapan, vuelan. El tiempo ha corrido bien rápidamente para . Ese pensamiento en el pasado, cuando se deja atrás la juventud, es como una herida en el alma, que va fluyendo constantemente y nos anega de tristeza.

La aritmética, no crea el lector que la desdeño; pero no es lo que está más en armonía con mis aficiones, y siento que mi alma se anega entra el oleaje contínuo de tanto millon. No obstante, me he detenido en la anterior reseña más de lo que pensaba, atendida la índole de estos apuntes, porque la estadística tiene en nuestro siglo una influencia incalculable.