United States or Tuvalu ? Vote for the TOP Country of the Week !


Gente es la de Méjico rica y ociosa, dada al galanteo e inclinada a las malas costumbres; y como si don Francisco hubiese querido remediar el yerro en que, casándose conmigo, había dado, abierto había nuestra casa a los saraos y a los festines, y no parecía sino que para convidarlos a ellos buscaba a los caballeros más jóvenes, y más galanes, y más ricos; y de tentaciones me rodeaba, sin apartar de la vista, y aguzando la experiencia que le habían dado sus largos años de judicatura, todo por ver si yo a alguno me inclinaba, que pudiese, libre ya y viuda, amándome, por su amor venturosa hacerme.

Y ahora que me conoces dijo con una lentitud dolorosa , ¡márchate!... no puedes quererme; soy una espía como dices: un ser despreciable... que no puedes seguir amándome después de lo que te he revelado. Aléjate en tu buque, como los héroes de las leyendas; ya no nos veremos más. Todo lo nuestro habrá sido un hermoso ensueño... Déjame sola.

De acuerdo contestó doña Luz . Yo no si amaría a D. Jaime, si él me amase; pero de seguro que no le amaría, si yo fuese rica y llegase yo a sospechar que por hacer un negocio él me amaba. Ve ahí por qué no me casaré nunca. Rica yo, recelaría siempre que no me amaban por , y pobre, recelo que no me amen hasta el extremo de que se sacrifiquen amándome.

ASCLEPIGENIA. Como supongo que no te habrás venido sin los utensilios de tu profesión, mis criados se presentarán aquí con un carromato para la mudanza de todos los libros y trastos de hacer milagros, hablar con los muertos y atraer a los genios y demonios. PROCLO. Eres mi providencia terrenal. ¿Cómo pagar tanto cuidado? ASCLEPIGENIA. Amándome. PROCLO. Con el alma toda.

Cuanto discurso haga contra ellos parecerá sugerido por la envidia y me hará más despreciable a sus ojos. »Si yo fuera joven, hermoso y robusto, me quedaría la esperanza de que por ello siguiese Beatriz amándome, aunque dejase de tener elevada opinión de mis prendas intelectuales; pero estoy viejo y achacoso, y soy enclenque y feo como el demonio.

De este modo te acogerá como á un aliado, porque, es triste decirlo, pero ella no entrega su sobrina á un buen muchacho capaz de hacerla feliz, sino á un hijo ingrato que pone en peligro la dicha de mi vida. No protestes; yo sabré, naturalmente, á qué atenerme y la apariencia de la falta bastará. , continuarás amándome tanto más cuanto más grande te parezca mi sacrificio.

Tengo poder bastante para hacer completamente feliz la vida de esos animales: ellos por su parte me pagan cumplidamente, siendo mis cortesanos, y casi amándome: estoy seguro de que uno solo de mis perros me sea ingrato, y de que uno de mis conejos pretenda robarme o engañarme: las flores me recompensan de mis cuidados por ellas, dándome su fragancia y sus colores; y... en fin... y hablando formalmente, repito que nada me interesa en el mundo más que , que no me necesitas; y si no creyera en Dios y le temiera, hace mucho tiempo que... pero no hablemos de eso.

Hace ya cerca de dos años que él me ama de amor, que me respeta cuando todos me desdeñaban, que me trata como a una señora y como a una santa cuando todos me juzgaban una perdida, que no ha sentido vergüenza ni ha vacilado en ofrecerme su mano y en darme su nombre, que aun viéndose desdeñado por ha seguido amándome y que me ha celado, y creyéndome pocos días ha prendada de otro hombre o harto liviana para concederle favores, ha faltado poco para que se muera de pena. ¿Qué hay, pues, de absurdo ni de repentino en este compromiso?

No lo me repuso. ¿Para qué quiere saberlo? ¡Aunque lo amara, no me casaría con usted!... ¿Por qué? Porque usted no tiene nada. Yo soy una mujer que amo mucho el mundo y el lujo... Necesito un marido que sea capaz de proporcionarme todos mis gustos... Deje que se presente, y, entretanto, ámeme, siga amándome, le daré todo mi corazón añadió riendo a carcajadas.

Fue la señora de Aymaret mandada a buscar en seguida, quien encontró sobre la mesa del taller, y entregó a Beatriz, estos cuatro renglones: «Beatriz, hubiera querido evitarte este duelo... pero habría creído ser débil al ceder... , creo que tu corazón al fin se ha abierto al mío, creo que me amas... Pero, ¿continuarías amándome mañana?... ¿Debiendo mi vida al hombre que me ultrajó tan cruelmente?... Lo dudo, y muero