United States or Canada ? Vote for the TOP Country of the Week !


Hacedme la gracia de escuchadme: bien que casada con vos, vuestra voluntad es para una ley; pero yo apelo á vuestra hidalguía; yo os pido, y os lo pido con toda mi alma, que por ahora no miréis en más que á doña Clara Soldevilla, no á vuestra esposa. ¿Me lo concedéis? Será siempre, señora, todo lo que vos queráis, menos no amaros.

Al fin dijo con débil voz: Me habéis sorprendido, , mas no ofendido. Completo y súbito ha sido el cambio realizado en vos. ¿No cambiaréis otra vez en la ausencia? ¡Cruel! ¿Cómo dejar de amaros? ¡Por favor, una sola palabra de esperanza, una mirada, para atesorarla como un bien supremo y saber que puedo seguir adorándoos!

¡Que no lo merezco! No, porque no me amáis. El corazón se rinde al amor, y el amor es tan libre, que todos los tesoros del mundo no bastan para comprarle; ¿cómo he de amaros yo, si desde que os conocí estoy quejosa de vos? ¡Quejosa! ¿Qué habéis querido que no lo hayáis tenido?

A tal altura ha llegado la virtud de vuestra esposa, que la llamaron la menina de nieve; ¡oh, me alegro mucho!... Cuando esa señora se ha casado con vos debe amaros mucho, muchísimo, con toda su alma, con todo su corazón, con todo su deseo.

Tolerad, pues, que os enseñemos lo que no sabeis, y si no lo tolerais matadnos en buen hora; pero nosotros no podemos en conciencia menos de advertiros que vais descarriados, porque es tambien deber nuestro indeclinable amaros como á nosotros mismos aunque nos aborrezcais.

Mas si hicieres lo malo, teme; porque no sin causa trae el cuchillo; porque es ministro de Dios, vengador para castigo al que hace lo malo. 7 Pagad a todos lo que debéis; al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que temor, temor; al que honra, honra. 8 No debáis a nadie nada, sino amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, cumplió la ley.

Busco un remedio a mis males y no he hecho sino agriarlos: ceso de contar con el socorro de los espiritus; lo pasado no es de su resorte, y el porvenir ... hasta tanto que tambien este sepultado en la noche de los tiempos, me causa muy poca inquietud. iO tierra en donde he nacido! aurora radiante, y vosotras altas montanas ? porque sois tan hermosas? Yo no puedo amaros.

La Dorotea soltó una larga carcajada. Pues no os amo, ni os he amado nunca, ni os puedo amar dijo inmediatamente después de la carcajada. ¡Señora! dijo el duque pálido de cólera. No me llaméis señora, ya os lo he dicho; llamadme Dorotea; no os irritéis tampoco; debéis apreciar el que yo os diga la verdad. Y además, si no os amo, no es porque no quiero amaros, sino porque no lo merecéis.

No, no he querido decir que yo os ponga por condición para amaros que seáis mi esposo: demasiado que yo no puedo aspirar á ser la esposa de un hombre honrado... pero os quisiera ver tímido, respetuoso, dominado por como yo lo estoy por vos... Os quisiera ver sorprendido por un afecto nuevo como yo lo estoy... quisiera... yo no lo que quisiera... que os bastara con amarme. ¡Oh, Dios mío; pero yo estoy diciendo locuras!

En tal aprieto, dijo él, no me hubiera visto si no os viera, si viéndoos no os amara, y por amaros no ansiara deciros mi pena; que yo soy el que, no ha mucho, en unos tan desdichados y pobres versos, como míos, os decía mis ansias; y si vos, señora de mi alma, esos versos habéis oído, oído habréis también la riña, que ha sido tal, que cortada la salvación, obligado me he visto a saltar una tapia, que es sin duda la del jardín de vuestra casa; porque adelantando por ese jardín, y dando en un cenador, y en él en unas escaleras, siguiendo por un corredor, halleme junto a una puerta entreabierta, y os vi, y sin pensar en otra cosa, acerquéme, se me doblaron las rodillas, convidome vuestra mano de alabastro, y mis hambrientos labios besarla osaron: si lo que os digo no fuese para vos disculpa bastante del que habéis creído atrevimiento mío, volveré a salir de vuestra casa, importándome ya poco de cuanto mal pudiera avenirme, que, por grande que fuese, no sería mayor que la desgracia de haberos enojado.