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Nos volvemos desconsolados, y cuando hablaba todavía con mi mujer acerca de lo que podria suceder á nuestro buen amigo, me doy de cara con una persona muy allegada al Viejo Lesperut. El sujeto en cuestion nos dió noticias de él, y convinimos en que esta noche nos veriamos en el paseo del Palacio Real, cerca de una glorieta donde soliamos sentarnos.

No si le ordenó; pero que nadie fué á tomarlos, y que se supo que eran una galeota y una galera sotil, é que estos navíos fueron á Constantinopla, y en ellos Luchaly á pedir el socorro de Trípol y á dar la nueva de la allegada de nuestra armada; y si se tomaran, como se ordenó y fácilmente pudiera, no solamente el aviso le tuvieran tan brevemente en Constantinopla, de que tanto daño resultó, pero se supiera que estaba en la isla el Draguti y fuera posible, y aún no lo dudo que se tomara, y de su prisión nascía con muy poca dificultad la pérdida de Trípol y los Gelves, sin haber sucedido ninguno de los inconvenientes pasados.

Y como si el recién llegado hubiese comprendido aquella pregunta en aquella mirada, dijo: Don Rodrigo está gravemente herido, casa del duque de Lerma. Montiño se puso levemente pálido, y fijó con ansiedad los ojos en Dorotea. ¿Y bien? dijo ésta ¿porqué me dais esa noticia como si se tratase de una persona muy allegada á ? ¡Cómo! dijo con insolencia aquel hombre yo creía que os importaba algo.

Algunos minutos después, continuando una conversación empezada cuando ella se presentó, la pusieron en antecedentes de un íntimo asunto de familia y la consultaron como si fuese la persona de más confianza y más allegada a la casa. Después Carmen, la menor, la llevó a su cuarto y le mostró, con mucho misterio, un diario de su vida que había comenzado a escribir.

En otras circunstancias doña Clara se hubiera negado á recibir al tío Manolillo; pero el tío Manolillo era una persona allegada á la comedianta Dorotea, á aquella mujer que la hacía probar la amargura mayor que puede probar una mujer: sentirse herida en su amor, en su orgullo, en su dignidad; doña Clara, pues, mandó que introdujesen al tío Manolillo.

Con estos asaltos, y con la recogida del CRISTIANISMO Y DEL PROGRESO, vive Dios que no dejaré de echar luz. La persona allegada á Lesperut partió, y nosotros seguimos por la calle de Rívoli, á coger la Plaza de Vendome. ¿Cuánto te ha pedido? me pregunta con grande y justa sorpresa mi mujer. Nada, contestó inmediatamente. No me hables sobre el particular.

¡Oh! abuela, no entristezcas el día de mi cumpleaños, te lo suplico. No me digas cosas tan horribles. En primer lugar, vivirás siempre. No, hija mía respondió la abuela con una conmovedora angustia en la mirada, no viviré siempre; no hay que hacerse ilusiones. Soy vieja, me moriré como los demás y, te lo repito, ¡qué será de ti sin parientes, sin familia allegada!...

Considerado por cuantos cerca de él andaban como la persona más allegada a Su Ilustrísima, los sacerdotes y demás gente de Iglesia que tenía ocasión de frecuentar, guardaban buen cuidado de no dejarle ver cosa que pudiera enojar al obispo.