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Los de la guarnición interior, aturdidos y empeñados en luchar con los que estaban dentro, sólo habían hecho cinco disparos de lombardas, causando apenas daño en la muchedumbre, aunque algún miedo y mucha ira. Al abrirse la puerta y caer el puente levadizo, la plebe retrocedió con espanto, temiendo que iban a salir el sultán, y su caballería y sus elefantes, y a cargar sobre ella.

Trascurrido algún tiempo, Mendoza volvió a visitarle y le pidió veinticinco. Se encontraba en deuda con otra patrona, pues se había mudado a la calle del Pez. Miguel volvió a abrir su bolsa y a remediarle.

Quisiera pasar adelante y dar las razones por que convenía hacer elección de los que en la república habían de tener tan necesario oficio, pero no es el lugar acomodado para ello: algún día lo diré a quien lo pueda proveer y remediar.

Como quiera, repito que el nombre nada importa, aunque no seria difícil encontrar algun autor grave que ha dado al criterio de evidencia el título de sentido comun; lo que deseo es consignar esa ley de nuestra naturaleza que nos inclina á dar asenso á ciertas verdades, independientes de la conciencia y del raciocinio.

La fecha anunciaba que la señorita Cristina había recibido aquella misiva dos ó tres semanas antes: al parecer, la pobre joven, no sabiendo leer y no queriendo confiar su secreto á la malignidad de los que la rodeaban, había esperado que algún pasajero á la vez benévolo y letrado, viniera á darle la clave de aquel misterio que le quemaba el seno hacía quince días.

Su boca apenas estaba cubierta con un hule, desprendido de las puntas; un andrajo negro con letras amarillas y borrosas. Feli leyó con algún trabajo: «Aparisi y Guijarro». Ese señor continuó Isidro fue famoso en vida. Pronunciaba en el Congreso discursos que duraban varias sesiones. Los curas de toda España, los devotos, las mujeres, aguardaban con impaciencia los periódicos para leerle.

Y si es dueño de tanto poder, ¿cómo no se hace él mesmo señor de algún imperio? agregó Ramiro, con la voz estremecida.

La vida del agricultor flamenco es dulce y tranquila, en cuanto lo permiten sus labores activas y el rigor del clima en el invierno. Siempre ocupado en algun trabajo, sus faenas varían según las estaciones.

Será algún gigante exclamó el Sultán , pesado como una montaña; ya comprendo el fundamento que tiene en su fantasía para presumir que puede ir hundiendo la tierra poco a poco...

Tampoco se encontró pasto, ni cosa á propósito para habitacion humana, ni aun brutos, ni aves; sino solamente rastro de uno ú otro guanaco, y tal cual pájaro: y la tarde de este dia pareció en la costa del sur, en frente del navio, un perro manso aullando, y haciendo extremos por venir al navio, y se discurrió seria de algun buque perdido en esta costa.