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Habla suministrado para entrámbas casas seiscientos requesones: fuí un dia á Babilonia á que me pagaran, y supe que aquella misma noche se habian desaparecido Zadig y la reyna. Fuí corriendo á casa del señor Zadig, á quien nunca habia visto, y encontré á los alguaciles del gran Desterham, que con un papel del rey en la mano robaban con mucho órden y sosiego toda la casa.

En efecto, se organizó la comitiva para la ceremonia, figurando en ella el teniente de Asistente don Isidoro Palomino, el pregonero Sebastian Francisco, los alguaciles de los Veinte, los trompetas y atabales.

El miserable miraba siempre a la monja, repitiendo con admiración: «¡Qué hermosa es! ¡qué hermosa esPor fin, la voz chillona del alcalde vino a sacarle de su éxtasis, tanto más fácilmente cuanto que la monja había abandonado el palco apoyada del brazo de la superiora, y que dos alguaciles habían sujetado la brida de su caballo, a lo que él no opuso resistencia alguna.

El júbilo, la alegría nerviosa que comunica la esperanza del placer, brillaba en todos los ojos. Al fin los alguaciles salieron a despejar, y los aficionados del redondel se fueron retirando hasta dejarlo enteramente libre. Enrique y Miguel, que habían estado en los patios interiores hablando un momento con el Cigarrero y su cuadrilla, también fueron a ocupar los respectivos asientos.

Yo soy hija de juez dijo la que seguía a la nerviosilla ; y siendo hija de juez, a mi papá le sirven cuatro alguaciles, de levita, y le llaman usía; y además le pagan una onza cada día todos los españoles; y cuando va a Madrid, vive en los palacios del rey; y la otra noche me dijo en la mesa que si le tocaba la lotería me iba a comprar una caja de música.

Y preguntándole ella a qué era ido a su casa tan a deshora y con tal estrépito de aldabadas, y tal y tan pavoroso acompañamiento de alguaciles, él, oyendo su voz, que era meliflua y clara y sonora, figurósele que se había bajado del cielo a la tierra un ángel, y disculpose, y disculpó a la Inquisición, diciendo que de puerta se había engañado, y que no era allí donde él iba, sino a casa de un cierto rapista que en la vecindad vivía, y que el diablo sin duda, por amparar al susodicho, había hecho que él y sus alguaciles creyesen barbería la que era noble casa de viejo solar; y rogándola encarecidamente le perdonase, besola las manos y pidiola licencia para irse.

Siguióse el proceso contra la madre Teresa de Jesús, pasando á interrogarla á su casa los inquisidores, llevando con gran ruído los jueces á caballo, notarios, alguaciles y familiares, y después de largo tiempo, la Inquisición mandó que el expediente se suspendiese, quedando, sin embargo, la fundadora obligada á presentarse ante el tribunal de Sevilla siempre que éste lo reclamase.

Al fin, inflexible el alcalde de casa y corte á las súplicas y á las declamaciones, Montiño fué, ó mejor dicho, fué llevado por los alguaciles á la cárcel, donde le arrojaron en un calabozo en que había otros presos. Cuando Montiño oyó crujir las cadenas y rechinar los cerrojos de la puerta, se desmayó.

25 Pero viniendo uno, les dio esta noticia: He aquí, los varones que echasteis en la cárcel, están en el Templo, y enseñan al pueblo. 26 Entonces fue el capitán con los alguaciles, y los trajo sin violencia; porque temían del pueblo ser apedreados. 27 Y cuando los trajeron, los presentaron en el concilio; y el príncipe de los sacerdotes les preguntó,

De un empeño bravo me contestó mi amigo ; esta noche al obscurecer, irás á ponerte en el lugar que mejor te parezca del camino de Segovia; no tardará mucho en pasar una litera resguardada por cuatro alguaciles á caballo: quitas á esos alguaciles el preso que irá en la litera, y vente con él por el portillo de la Campanilla.