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En vez de esto, te alejas de ella, huyes. ¿Cómo puedes esperar que ella te descubra? ¿Piensas que por sola, sin que la ayudes un poco, llegará a apreciar tu verdadero mérito, ni comprender al hombre de gran valor que solamente mi padre y yo conocemos? Sin embargo, no puedo ir a tirarle de la manga y decirle: ¡Atención, yo no soy un cualquiera! ¡Eh! ¿Quién habla de eso?

Cada día te alejas más de María Teresa. La habitúas a no ver en ti más que un empleado fiel, cuando debías hacerle comprender tu gran valor. , que tienes tan buena presencia como cualquiera de los jóvenes que la rodean; , en cuanto estás cerca de ella, tomas un aire sombrío y unas actitudes tímidas que te perjudican.

Calmas la sed del césped que, al besarte, bebe tus cristales gota a gota. Y aunque el duro pedernal intente devorarte en su seno Te alejas juguetona, y corres a llevar tus virginales perlas A los más profundos huecos de las montañas.

A todas partes, menos allí. Y como hombre que ha caído tan hondo, tan hondo que ya no puede sentir remordimientos, apartó su vista del incendio para fijarla en aquella luz macilenta; luz de cirios que arden sin brillo, como alimentados por una atmósfera en la que se percibe aún el revoloteo de la muerte. ¡Adiós, Pimentó! Bien servido te alejas del mundo.

Dime, porqué algun tanto no te alejas De la ignorancia, pobretón, y adviertes Lo que cantan tus rimas en tus quejas? Porqué con tus mentiras nos diviertes De recibir á Apolo qual se debe, Por haver mejorado vuestras suertes? En esto mucho mas que el viento leve Baxó el lucido Apolo á la marina A pie, porque en su carro no se atreve.

Que tal vacío dejas en el pecho de cuantos te han querido, que aunque inútiles son todas sus quejas, añoran siempre el dulce bien perdido, y más te adoran cuanto más te alejas... Cebú, Octubre 1919. Andaluz. ¿Sevillano? Hizo estada larga en Manila, donde casó y engendró prole. Murió Diciembre 1894, y a poco el Ayuntamiento acordó dar su nombre a una calle de la ciudad.

¡Noche oscura, ya Diana entre turbios nubarrones hundió la faz plateada; y sola en medio de la avenida funeraria, te deslizas ideal, mística y blanca, te deslizas y te alejas incorpórea cual fantasma; sólo flotan tus miradas, sólo tus ojos perennes, tus ojos de hondas miradas fijos quedan!