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Decididamente, querida, puedes dar cruz y raya a las sentimentales grisetas de Murger y no tienes ni pizca de ese espíritu práctico de que se jactan los hijos de la prudente Albión. Tienes razón, Raúl. De otro modo no hubiera soportado tanto tiempo esta situación intolerable, cuyo fin no veo, a pesar de tus promesas. ¿Mis promesas? ¿Soy tu mujer, o no?

La ruda Inglaterra sintió el peligro inminente de una profunda conmoción social, y tuvo vergüenza de su deshonor, publicado por todos los viajeros que estudiaban á fondo la organización tradicional de la poderosa Albion. Hoy gasta Inglaterra mas de 35 milliones de pesos anualmente en solo las atenciones visibles de la beneficencia pública.

Diríase que esas novelas de capa y espada, galanas y airosas, en las que palpita la vida entera de hidalga tierra y se refleja el espíritu de toda una raza, son patrimonio exclusivo de otros pueblos y otros autores que los nacidos en la nebulosa Albión.

Como toda esta zona francesa de Normandfa y de Bretaña tiene su principal comercio con Inglaterra, y a no me convenían los aires de la pérfida Albión, tardé mucho en encontrar empleo, hasta que lo hallé en un almacén del Havre. Mi vida tenía un fin, un entusiasmo: había una mujer que pensaba en . Les escribía constantemente a ella y a Allen, y a éste le enviaba parte de mi sueldo.

Hay hoteles excelentes, bastantes edificios de consideracion y algunas calles muy buenas. Lo que el viajero debe visitar en Liverpool, como en todas las poblaciones industriales de la Albion, son los establecimientos fabriles, verdaderos centros del poder ingles, teatros de su grandeza, monumentos de su civilizacion.

¡Es, sin embargo, bastante fea! dijo Raúl protestando y englobándola en su aversión a las hijas de Albión, cuya vista solamente le daba el «spleen».

Don José salió, al parecer con otra esquela o recadito verbal, aunque es más probable que llevara lo primero, y al salir habló a Miquis del tiempo, de política, de Cánovas y de que las tropelías de los ingleses en el campo de Gibraltar daban motivo a España para exigir de Albión que nos devolviera aquel pedazo de nuestro territorio.

A esta palabra, Albión se cubre de su más espesa neblina; los dandys caen en el spleen más negro; las ladys se llenan de diablos azules las mises sienten bascas, y las modistas se tocan de los nervios. No es extraño, pues, que Erín se creyese degradado, dejándose robar por ladrones vulgares; y así es que se defendió como un león.

Te vieron de Albion en los umbrales Esa fábrica altiva contemplar, Donde se quema incienso á la justicia Y se ensancha la esfera intelectual... Pero al llegar al interior del templo Y doblar la rodilla ante el altar, Viste el becerro de oro entronizado Y minado en su base el pedestal, Que no es cimiento sólido de un pueblo La opulencia sin pública moral.

Como escribo mi libro guiado por los recuerdos, necesito el desórden con que la memoria me cuenta; ántes que se me olvide, quiero consignar que en la abadía de Westminster hay un rincon que se llama de los poetas, donde están los ilustres trovadores de Albion, faltando, que me chocó mucho, pues al momento lo noté, la tumba de Byron.