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Ni por un instante pensó en luchar ni en invocar los derechos de su ternura. Aun a falta de su orgullo, su profundo agradecimiento por la joven que le abría tan ingenuamente el corazón hubiera bastado para evitarle todo desfallecimiento.

Siento no poder pedirle que me deje sacar un croquis, pero esto sería poco correcto." Se quitó el sombrero y dijo muy respetuosamente: Veo, señorita, que usted también ha tenido la bondad de interesarse por ; reciba, por ello, mi más vivo agradecimiento.... Y con pena, pero comprendiendo que las conveniencias lo exigían, se alejó.

La situación vale lo que vale el hombre... Es cierto confirmó la abuela con seguridad. Ese caballero me es muy simpático. A no respondí por lo bajo, mientras la abuela daba unos pasos para acompañar al notario llenándole de testimonios de agradecimiento. En cuanto desapareció, la abuela se me acercó bruscamente.

Además, que si no hubiera sido por ti, se habría quedado cojo para toda la vida. En este momento entró el duque y, cortando el hilo a los desahogos de agradecimiento en que Stein se deshacía, le dijo a su mujer: Vengo a pediros un favor: ¿me lo negaréis, María? ¿Qué es lo que podremos negaros? se apresuró a contestar Stein.

, señores; me hacía ojitos. Ustedes están todavía en la edad en que una cosa así les pasa a menudo; pero, cuando hayan cumplido los cuarenta y tengan plena conciencia de su vientre gordo y de su calvicie, verán ustedes qué agradecimiento sienten para con la camarera o la primer criada que se les presente y que se tome el trabajo de dirigirles miraditas... ¡Y piensan, pues, lo que será cuando se trata de una maravilla semejante, de una criatura de lo más elegido y de lo más gracioso!...

El duque entregó disimuladamente una bolsa de monedas de oro a María, y esta, envolviéndola en su pañuelo, las arrojó a la plaza. Al hacer Pepe Vera una nueva demostración de agradecimiento, las miradas de sus ojos negros se cruzaron con las de María.

El Caballero del Bosque, que de tal manera oyó hablar al de la Triste Figura, no hacía sino mirarle, y remirarle y tornarle a mirar de arriba abajo; y, después que le hubo bien mirado, le dijo: -Si tienen algo que darme a comer, por amor de Dios que me lo den; que, después de haber comido, yo haré todo lo que se me manda, en agradecimiento de tan buenos deseos como aquí se me han mostrado.

Hablaba con tal entusiasmo la reina de Juan Montiño, que el padre Aliaga volvió á sentir en su alma la amarga desesperación que le había causado la sola sospecha de que Margarita de Austria amase al joven. Y la reina hablaba de tal modo por agradecimiento, porque Juan Montiño la había salvado de un compromiso horrible.

Don Álvaro sintió un profundo y tiernísimo agradecimiento. ¡Le daban una fe en mismo aquellas palabras! No quería saber más: o mejor, comprendió que nada positivo podía añadir Visita. Vio en el rostro de aquella mujer una amargura que revelaban ciertos músculos, mientras otros luchaban por borrar aquel gesto. Su voz temblaba un poco. Daba lástima. A lo menos la sintió Mesía.

LEONIE. ¡Cómo...! ¡Ya, en lo sucesivo, es imposible...! Además, ¿qué sería de usted si no tuviera ya la ayuda moral que mis pobres cartas le proporcionaban...? LEONIE. ¡Yo pensaba escribir a un hombre, caballero...! Me había forjado ciertas ideas... Tengo una deuda de agradecimiento para con usted, y quiero saldarla.