United States or Sri Lanka ? Vote for the TOP Country of the Week !


Indudablemente estas confesiones de la devota son, como habrá el lector comprendido, bastante obscuras, y no dan todavía ninguna luz acerca de la crisis que indudablemente agitaba aquel purísimo y perfecto espíritu. Lo cierto es que una gran transformación se verificaba en su carácter.

Yo estaba sentada junto a la mesa, con los ojos fijos en ella, pues en se agitaba el temor de ver a cada instante surgir una nueva aparición, aún más horrible. De rato en rato, cuando se calmaba un poco; sentía un aflojamiento en mis miembros; cerraba entonces los ojos y me dejaba ir hacia atrás, y cada vez me imaginaba que caía en los brazos de Roberto.

Al verla de aquel modo, la risa que agitaba el pecho de Cecilia paralizóse súbito, y abriendo sus grandes ojos donde se pintaba la sorpresa, exclamó: ¡Jesús! Pareces loca, niña. Toma, toma, no vaya a darte algo. Y soltó el papelito que arrugaba en el puño. Venturita, la faz alterada aún, lo hizo mil trozos.

La última vez que los vió, antes de doblar un recodo del sendero, el más joven de los saltimbanquis se había subido sobre los hombros de su compañero y desde aquella altura lo saludaba con dos banderolas de chillones colores, que agitaba sobre su cabeza. Roger les hizo un ademán de despedida y emprendió sonriente el camino de Munster.

Únicamente al notar la impaciencia del gentleman, y con el deseo de serle útil, me he atrevido á faltar á mi promesa. Le suplico que no cuente nunca al profesor que me ha visto sin velos. Iba á hablarle Gillespie, cuando llegaron á sus oídos los gritos de un grupo de pigmeos que se agitaba junto á sus pies, mientras otros subían ya por la escala de madera hasta una de sus rodillas.

Hasta la imagen de Teri, que se agitaba en su memoria como un remordimiento, perdió algo de su belleza al ser comparada con esta muchacha... Era un hermoso animal exuberante de vida, de fuerza voluptuosa, que iba derramando generosamente los encantos de su primavera.

El ganado mugía, se agitaba tropezándose á menudo. Las terneras se empeñaban en mamar á sus madres; los criados las arrancaban prontamente de la teta. El capitán, en medio, acariciando el testuz de las vacas, tomándolas por los cuernos ó pasándoles la palma de la mano por el lomo, gozaba más en aquel instante que César en medio de sus legiones victoriosas.

Ocurrió algo más grave: el huracán en su furia, y por un esfuerzo desesperado, logró arrancar el gozne de una de las ventanas, que desde entonces, aunque cerrada, temblaba, bamboleábase, se agitaba, y hubo necesidad de afirmarla atándola fuertemente por sus hierros al que estaba más sólido.

A su vez el tercero se arrojó en la balsa, poro no quedaba ya ni una gota de agua. El desgraciado se agitaba inútilmente queriendo beber y humedecer su cuerpo; pero sólo las plantas de los pies y las palmas de sus manos, apretando la arena se humedecieron un poco y adquirieron un matiz ligeramente blanco.

Volviose estremecida doña Guiomar, y vio que de rodillas estaba junto a ella, no una imagen vana, ni una sombra, sino un hombre, con atavío de soldado, que anhelante la miraba, y que parecía que quería hablar y no podía, aunque harto claro decía lo que sentía el temblor que todo su cuerpo agitaba.