United States or Egypt ? Vote for the TOP Country of the Week !


Respecto á la riqueza de su suelo, ya hemos visto es fértil cual lo es en su generalidad todo aquel que se encuentra situado en zonas intertropicales; mas la riqueza del suelo de Marianas so pena de una transformación radical, imposible de llevar á cabo sin cuantiosos caudales, no es productivo, puesto que atendida la situación de las islas y las distancias que las separan de continentes comerciales, el rendimiento del producto no compensa el gravamen que le impone el gasto de transporte, aparte de las eventualidades de carga y descarga y las consiguientes averías que traen en pos de la generalidad de los productos agrícolas; buen ejemplo de esto tenemos en la actualidad, en que una sociedad fomentadora del suelo se constituyó en Agaña, con cuantos elementos son precisos para el desarrollo de una idea mercantil; en ella contaban con dinero, protección, brazos, herramientas, y un suelo virgen como palenque de sus trabajos.

Lo del faro de Agaña y lo del reloj es preciso ponerse serio para que lo crean; pero qué quieren ustedes, la verdad nunca puede ser más que una, y aunque las verdades respecto á Marianas, las que se saben lo son de seis á seis meses en Manila y en Madrid quizás nunca, de aquí la incredulidad que á nuestros lectores despertarán nuestras líneas. Sigamos describiendo la isla de Guajan.

La ciudad de Agaña está clasificada como plaza fuerte, originándose con esto gastos de personal y material que podrían reducirse, sin quitar á aquella población las prerrogativas de corresponder á los saludos que las escasísimas banderas extranjeras pudieran hacer al ponerse á la vista de la que ondea en el pequeño fuerte de Agaña .

La plaza de Agaña, compendia la vida de Marianas; el dolor tiene su morada, como lo tiene el poder, la religión y el saber.

Adelantos de la misión. Oposición de los macambas. Saipan y Rota. Los urritaos. Tradiciones usos y costumbres. Colegio de San Juan de Lotrán. Crónicas de los jesuítas Hostilidades. Asesinato de San Vítores. Una modesta cruz. Los Padres Solano y Ezguerra. El almirante Coello. Nuevos asesinatos. Represalias. D. Juan Santiago. El Gobernador Irrisari. Descubrimientos al Norte de Agaña.

Las primeras noches que se duerme en Agaña, es imposible conciliar un sueño tranquilo y sostenido.

En tal estado llegó el 2 de Abril de 1672, en que Diego San Vítores desoyendo prudentes consejos, salió del recinto de Agaña acompañado únicamente de un filipino, dirigiéndose al pueblo de Tumhun á seguir su evangélica obra.

El pueblo, ó mejor dicho, la ciudad de Agaña, pues ciudad es por la gracia del Rey, que gloria haya, nuestro Sr. D. Felipe IV, no podía vernos, pues á más de tener entre ella y nosotros la isla de las Cabras, hay cerca de dos leguas del fondeadero, que lleva el nombre de San Luís de Apra, próximos al cual estábamos y en el que habíamos de anclar.

El reglamento no podemos negar se publicó, pero el presupuesto por ningún concepto refleja en el día los beneficios de su observación y con ella su reducción. Hemos visto lo que fueron ayer las islas de los Ladrones; veamos lo que son hoy las islas Marianas. Archipiélago de las Marianas. Historia moderna. Guajan. El pueblo de Agaña. Puerto de Apra. Punta Pití. Flora y fauna. La mujer de Marianas.

En lo que se llama la Atalaya, vigilan cuatro hombres de la dotación el desierto mar, al par que son los encargados de comunicar al pueblo la hora en que vive. La falta de máquinas supliendo la abundancia de brazos. El engranaje del reloj de Agaña lo constituye un complicadísimo servicio, y una vigilancia á prueba de segundos. Analicemos la máquina.