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Las opresiones, las congestiones torácicas, el aflujo desordenado de sangre al corazon y á la cabeza, indican mas bien una debilidad de la inervacion del órgano central de la circulacion, una debilitacion de la energía del corazon, en los momentos mismos, y mas especialmente cuando las pulsaciones precipitadas de este órgano, las opresiones, los calores, los ardores del pecho denotan la estancacion de sangre en el pulmon; porque entre los efectos de la digital no hay uno que esprese la congestion activa, la flegmasía franca; antes por el contrario, todos proclaman la pasibilidad ó la tendencia á este estado asténico.

El estado de la laringe y del pecho merece mas atencion, y es el orígen de indicaciones preciosas en las personas nerviosas y de constitucion delicada, con voz ronca, tos por la noche generalmente; la tos se presenta algunas veces por accesos de una violencia estraordinaria; su carácter es espasmódico, sostenido ó escitado por una sensacion de ardor, de cosquilleo en la laringe que se hace insoportable y se propaga hasta el estómago; la tos simula á veces á la coqueluche con sensacion de escoriacion en un punto limitado de la laringe, silbido y aflujo de saliva á la boca.

El molimen hemorroidal que es propio de causticum, produce mucha irritacion y aflujo de humores, con exudacion serosa, pareciéndose en cierto modo al molimen menstrual; los dos escitan simpatías dolorosas hácia las partes superiores. En la menstruacion hay incomodidad renal, calambres uterinos y debilidad.

En toda hemorragia en la que este medicamento es un agente curativo, hay un elemento pletórico ó congestivo por lo menos. La plétora del corazon y el síncope por aflujo de sangre reclaman algunas veces belladona; las palpitaciones son vivas y causan una especie de emocion en el pecho, con pesadez de la cabeza.

La carditis aguda con todos los desórdenes orgánicos del corazón y los terribles accesos de sofocacion y ansiedad que produce, puede ceder con arsénico que parece fortifica la accion propia del corazon contra el aflujo é impulsion de la sangre, y que regulariza la contraccion de sus fibras.

El aflujo de saliva ni escluye la sed, ni la sensacion de sequedad en la garganta, cuya circunstancia prueba, en union con la sequedad general de las superficies mucosas, que el aflujo de saliva es debido á alguna cosa espasmódica, mas que á la accion simpática del estómago despues de la comida.

La digestion, la respiracion y las funciones en general sufren una modificacion análoga; pero, además de los síntomas que la espresan, se observa un estado congestivo y los rudimentos de las lesiones de tejido; dolores fijos, terebrantes; calor, aflujo de sangre, particularmente en la cara, en el cerebro, en las mamas, en la matriz; y, por último, cualquiera que sean los grupos de síntomas morales, nerviosos, sanguíneos y febriles, ofrecen una irregularidad que confirma el predominio de la accion del sistema cérebro-espinal.

Tampoco existe salivacion, ni el menor aflujo de saliva, lo cual está en armonía con el estado de tension y de eretismo que se observa en los enfermos curados por el ambar, ni del mismo modo se presenta tumefaccion sensible en las amígdalas y garganta, á pesar de algunos síntomas de angina.

Los dolores cólicos abaten, las deposiciones son escasas con tenesmo, ó diarréicas con ó sin conatos; la orina es mas bien clara, si bien llega á ser sanguinolenta algunas veces. En los casos en que el pecho es el mas comprometido, se observa un ardor constante, aflujo de sangre, tos seca muy fatigosa acompañada de calor en la cabeza y varios síntomas de pleuresía y bronquitis intensa.

El disgusto, las náuseas, muchos síntomas dispépsicos se hallan entre los efectos del anacardio unidos á cierto eretismo que se espresa por la tension y la sed despues de haber comido, por picotazos, sensacion de presion, por acumulacion de gases sin espulsion inferior, y que por la parte superior solo hay algun eructo, mientras que constituye una especie de gastritis la manifestacion de varios síntomas nerviosos, tales como: pirosis, eructos quemantes, acedías, sequedad de la garganta, hipo, aflujo de agua á la boca, sensacion de debilidad, punzadas en el estómago, síntomas todos que sobrevienen ó se agravan despues de la comida y á la que siguen siempre, abatimiento, incomodidades angustiosas, somnolencia, inaptitud al trabajo y tosecilla.