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El haberse establecido en Coimbra y Albuquerque los Portugueses, su resistencia á abandonarlos, y el afán á sostenerlos contra lo literal de los tratados, es para mi otro indicio que, junto á lo que dije el dicho 19 de Julio, y á lo que refieren las historias de las piedrezuelas, me dejan poca duda de que hay minas de oro y diamantes en dicha sierra.

Antonio de Herrera refiere que en una nao portuguesa derrotada hasta la isla de Siete Ciudades, poco después de mediado el siglo XV, habiendo tomado tierra para el fogón, se advirtió la aparición de partículas de oro fundidas, con que se despertó el afán de las exploraciones por dar con tan afortunado lugar. Dec.

Pero el ingenio del hombre civilizado ha hallado el medio de destruir esas razas tan prolíficas, que cada hembra podría en algunas generaciones llenar las aguas de una masa sólida de carne. Con su imprevisor afán ha llegado á hacer desaparecer muchas especies que vivían en otros tiempos en nuestros arroyos.

Y no es que yo maldiga los adelantos dijo después, como si se arrepintiese ; sobre todo me gusta que vayan a Madrid en menos de un día, cuando en mis tiempos se necesitaba nueve de galera y hacer testamento. Pero me enfurece que lo que estaba bien, y muy en su punto, venga el señor Progreso y lo eche a perder con su afán de revolucionarlo todo.

En sus últimos años de permanencia en París, tocada una vez más del afán de construcción, se había ocupado en preparar su morada definitiva, levantando junto al mausoleo del marqués de Villablanca, cuya imagen ceñuda é indomable tenía en la mano una espada rota, otro monumento no menos ostentoso, con una estatua que ella creía su exacto retrato y no era mas que una reproducción de la infeliz reina de Escocia tal como aparece en las estampas de la época romántica.

La perspectiva de que al empobrecer fuese aquel hombre más fácilmente suyo, el afán de mostrarle cariño, y lo mucho que don Juan se había arrimado a ella, la pusieron hermosísima. Tenía los ojos húmedos y brillantes, los labios secos y la tez muy pálida. Sus miradas variaban rápidamente de expresión; tan pronto parecían medrosas, como lucía en ellas la llamarada propia del deseo amoroso.

En 15 de Septiembre se pregonó la obra de carpintería para el techo de la sala Capitular. Acudieron presentando trazas Juan Fernández, Guillermo, Francisco de Herrera, Luís de Villafranca y Pedro Izquierdo. En 6 de Julio de este año, Hernán Arias de Saavedra renunció el oficio de Correo Mayor en don Pedro Afan de Ribera Marqués de Tarifa.

Yo tenía lástima de ella y quise sacarla de allí..., pero me fusilaron los franceses. ¡Te fusilaron! , señora, y el Sr. de Lobo...; pues..., lo cierto fué que la niña desapareció. Ya... Cuéntamelo todo. Con el mayor afán, con el interés más grande que durante mi vida he sentido por cosa alguna, empezaba yo a contar a la Condesa lo que sabía, cuando la entrada de dos personas me interrumpió.

En medio de mis costumbres estrambóticas que reducían a muy poco mi sueño y me mantenían en un estado de fiebre, conservaba ciertas energías, insaciable hambre del espíritu que había acrecentado el afán por el trabajo, haciendo más sabroso el placer que él me procuraba.

Con esto se manifestó él conforme, dando un gran suspiro, y sostuvo que para lo que necesitaba más paciencia y fuerza de voluntad era para reprimir su afán de enterarse de todo y de dar órdenes. Mientras esto se hablaba en la oscura alcoba, Rosalía cuchicheaba con Torres en la Saleta.