United States or Canada ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Nada de nuevo le digo, señora... nada!... El cambio singular que se ha efectuado en mi vida es tal vez un enigma para todo el mundo menos para usted... Es imposible que usted... ya que no los demás, no adivine la causa verdadera...

¡Ah! ¿Qué palabra? ¿No queréis decírmela? ¿Preferís que yo la adivine? ¿Entonces lo sabéis? dijo Monthélin. , la contestó. Qué torpeza, ¿eh? Pero no... no tanto. ¿Supongo que no será él quien os la ha dicho, al menos? Es demasiado caballero para hacerlo contestó Juana. Viendo el señor de Monthélin que el torneo de palabras no era en ventaja suya, volvió a pedir disculpas y se retiró.

Pase que siempre me estés aburriendo con lo de ser yo rica y pobre, por supuesto, que no me ofendo; pase la manía de los celitos, que no tienen sentido común; pase el estarte sin venir tres y cuatro días seguidos, para que te espere con más deseo... No: por miedo a que tu padre adivine lo que ocurre.

Y al médico se le fue en seguida la sospecha". "22 de julio. "Camucha me señaló en el diario la noticia de que José Luis ha llegado de Europa hoy. Gran indiferencia mía que a Camucha sorprendió muchísimo. Dice que hago "pose". "Seguramente José Luis nos visitará". "24 de julio. "Adiviné: hoy nos visitó José Luis y anuncia para pasado mañana otra visita. "Lo recibieron Camucha y Zoraida.

Allí, dijo Tragomer, nos pondremos de acuerdo con Freneuse sin que la administración adivine nuestros proyectos. Escribir es peligroso, pues se abren las cartas de los penados y se leen sus respuestas. Estudiaremos, pues, la situación de viva voz y veremos qué debemos hacer.

Seguramente conoce usted dijo sonriendo Delaberge, aquel dicho de su país: «Los enamorados llevan sobre una planta cuyo perfume embalsama los caminos por donde pasan». Cuando mi primera visita, este perfume embalsamaba Rosalinda entera, y al regresar a Val-Clavin, acompañado del señor Princetot, adiviné que llevaba consigo la planta y que florecía por usted.

Eran amigos, y quería saber por ellos lo que hablaban en los ranchos de la reunión del día siguiente. Al quedar solos los dos hermanos, cruzaron sus miradas en medio de un silencio embarazoso. Tengo que hablarte, Mariquita dijo al fin el muchacho con resolución. Pues empieza cuando quieras, Fermín contestó ella con acento tranquilo. Ya adiviné al verte que por algo venías. No: aquí no.

»Esto me lo dijo al despedirse en el vestíbulo; y como sabía o sospechaba lo de los amores de Luz, preguntome, sonriendo maliciosamente, si la enfermita había tenido algún disgustillo estando sana. Respondile que , sonriéndome también muy a la fuerza, y entonces me dijo: » Pues con ese dato, adivine usted cuáles son la medicina y el médico que han de curar esa enfermedad.

De vez en cuando se abría con estrépito un balcón, y se veía una mano blanca que arrojaba a la calle algo envuelto en un papel; el hombre de la campanilla se bajaba a cojerlo, arrancaba el papel, y eran también monedas que inmediatamente introducía en el cajoncito verde: cuando levantaba la vista al balcón, estaba ya cerrado. Lo adiviné todo.

Vamos... si no es posible que adivine usted lo que allí pasó. D. Gregorio se había quedado aquella noche a dormir en la casería, y la perversa chacha Ramoncica, engañándome, acababa de introducirme en el cuarto de doña Juana. ¡Qué asombro el mío cuando me encontré de manos a boca con esta señora!