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Pues allá voy dijo León. Y salió de la estancia. A los pocos instantes volvió a entrar con Alvaro Luna y su querida la Conchilla. Les hicieron una ovación. Rafael se adelantó con la copa en la mano y cantó: Murió Alvarito, Dios le tenga en gloria; Bebamas una copa a su memoria. Hizo gracia la ocurrencia porque Alvaro se había batido por la tarde. Pepe Castro le abrazó.

En la sala no había nadie; pero saliendo de una alcoba se escuchaba una voz vibrante y acentuada que al parecer leía, y de tiempo en tiempo una voz juvenil y fresca, incitante voz de mujer, que se reía de la mejor gana del mundo. El bufón adelantó y levantó una de las cortinas bordadas que cubrían la puerta de la alcoba.

Al llegar á la puerta de su aposento, el corchete adelantó y le asió por un brazo. Pero señor dijo Montiño , ¿creíais que me iba á escapar? No; no, señor dijo el alguacil , pero podríais olvidaros de , entraros, cerrar la puerta y dejarme fuera.

Nada prueba mas nuestro menguado interes en el adelanto de la patria, nada nuestra escasez é ignorancia vergonzosa, y nada en fin nuestra indolencia hácia nuestro verdadero interes y subsistencia, que la apatia que acaba de referirse.

Luego adelantó, se sentó junto al brasero, y se puso á mirar de hito en hito á Dorotea. ¡Qué hermosa y qué engalanada estás, hija mía! la dijo ; de seguro no esperas al duque de Lerma. Para él no te atavías tanto. Este es el traje que he sacado en la comedia, y por cansancio no me lo he quitado todavía. No, no es eso; el duque te ha puesto hermosa para otro. ¡Ah! puede ser.

Modesto principio, que podía llegar a proporcionarle el dinero suficiente para pagar el adelanto en el obraje, y volverse en el mismo vapor a Posadas a derrochar un nuevo anticipo. Perdió; perdió los demás cigarros, perdió cinco pesos, el poncho, el collar de su mujer, sus propias botas, y su 44.

Pepe pensó con rabia en el fanatismo que hacía a su madre volver desde allí sola y a pie cuando en la casa gruñía por no ir a la botica, que distaba cincuenta pasos... Aguardó impaciente a que se fueran los últimos coches, esperando que doña Manuela saliera presto; mas trascurrido un buen rato, se resolvió a llamar y adelantó hacia la puerta.

Aunque vinieron a Chile muchos colonos españoles, se adelantó muy poco, a causa de los numerosos ataques de los indomables araucanos. Estos ataques continuaron hasta 1640, año en que el gobernador español concluyó un tratado con ellos.

El cacique y los nobles, juntos en Consejo, determinaron echar el resto de sus fuerzas y poder para reparar los daños y ruina de su religión, mas no sin temor de salir con sus intentos, cuando aún sus mismos dioses temían. Mientras esta gente estaba en arma y en confusión, se adelantó el Santo Misionero con Patozi y dos muchachos muy fervorosos, dejando toda la demás gente algo distante.

Salió Watson de la casa á tiempo para ver cómo el pequeño Cachafaz venía de los corrales, mirando inquieto á un lado y á otro. De pronto, todos á la vez quisieron relatar al ingeniero lo ocurrido, pero el pequeño se les adelantó con cierta autoridad.