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Este es mi testamento y aquí está el acta de mis últimas voluntades. El paquete no está cerrado, puede usted leerlo. ¡Efectivamente! Y leyó: «Este es mi testamento y el acta de mis últimas voluntades. »En la víspera de dejar voluntariamente una vida que el abandono del señor conde de Villanera me ha hecho odiosa...» ¡Desgraciada! dijo el doctor interrumpiendo la lectura. Es la verdad pura.

Cuya exhortacion repitió en el balcon principal de las casas capitulares, dirigiendose á la muchedumbre que ocupaba la plaza. Con lo que se concluyó la acta de instalacion, retirándose dicho Sr. Presidente y demas Señores Vocales y Secretarios á la Real Fortaleza por entre un inmenso concurso, con repiques de campanas y salva de artilleria en aquella: adonde no pasó por entonces el Exmo.

He recibido la noticia oficial, el acta de defunción, el pésame del ministerio de Marina, el sable y las charreteras del difunto y una pensión de 750 francos para que pueda poner coche en los días de mi vejez. ¡Viuda, viuda, viuda! No hay palabra más bonita en la lengua francesa.

Pero, ¡quia!, no se rendía; y vuelta al ajuste de cuentas, y al inquirir, y al tomar acta de todos los pasos que el predilecto daba por entre los peligros sociales. En honor a la verdad, debo decir que los desvaríos de Juanito no eran ninguna cosa del otro jueves.

Y le volvió la espalda para aprovechar el tiempo, antes de que cambiase el vuelo de la suerte. El coronel había comido en el Café de París, rumiando mentalmente los párrafos del acta del encuentro. La consideración de que todos confiaban en su pericia le hacía ser muy exigente consigo mismo. Deseaba algo conciso y brillante que inspirase respeto á aquellos muchachos gloriosos.

Julian de Leiva Licenciado D. Justo José Nuñez, Escribano público y de Cabildo. Concluida la acta que precede, los mismos Señores del Exmo.

Este secreto que sólo yo poseo, que ese anciano mudo para siempre, no puede él mismo traicionar, ya no existe; la llama lo ha devorado. Lo he pensado bien. Comprendo lo que me he atrevido á hacer. Era un testamento, una acta sagrada y la he destruido. Además, no era yo sólo el que ganaba.

Papebroch, Acta vitæ San Ferdinandi; Antuerpiæ, 1684, págs. 321 y siguientes. Terreros y Pando, Paleografía española; Madrid, 1758, página 71. Fernando Wolf en los Wiener Jahrbüchern; Jahrgang, 1831.

A consecuencia se leyó por mi, el actuario, la acta celebrada el dia de hoy, en que resulta establecida la Junta provisoria. Los Señores Comandantes, despues de algunas discusiones promovidas sobre la materia, y especialmente por D. Pedro Andres García sobre que, si el Exmo.

Hizo un gesto de conmiseración y respondió muy despacio: Amigo mío, no caigamos en las complicaciones novelescas. ¿Como quiere usted hacer admitir á un perro viejo de los tribunales, como yo, que un juez de instrucción haya podido enviar á la Audiencia un procesado si no se hubiera cometido un crimen? ¿Olvida usted que he visto la causa, el acta de defunción, la diligencia de confrontación, el interrogatorio del acusado, que no negó estar en presencia del cadáver de su querida, y, en fin, todo, todo... ¡Vamos á ver!