United States or Saudi Arabia ? Vote for the TOP Country of the Week !


El P. Jacinto, sin alterarse, imitando el entonado reposo de su ilustre amiga, contestó lo que sigue: Ya he confesado con ingenuidad que debí aconsejarte antes.

Yo, algo impaciente, me levanté y la dije: Nada, decidirás. Yo ya te he indicado lo que te puede pasar. No qué aconsejarte. La muchacha suspiró más fuerte, y viendo que me disponia a salir, me detuvo. No, no me deje usted. ¿Qué quieres que haga? La Shele pensó un momento, y dijo: ¡Escríbale usted al señorito Juan! Le escribiré, pero va a tardar mucho en saber la noticia.

Nunca podría aconsejarte bastante cuán necesario es para ti que sigas este curso... Por otra parte, voy a quedarme un instante con la señora Terpsy; deseo interrogarla acerca de los resultados obtenidos. Las dos mujeres se marchan. El profesor entra en el saloncito, donde Terpsy se le une, apenas ida su última discípula. Señora: ¡dispense usted mi curiosidad...! Ignoraba si debía...

Déjate de cuchufletas, y atente a lo que te importa. El gastar más de lo que se tiene, obliga a malvender lo que queda..., y algo más que no se recobra con nada. Yo no tengo derecho para aconsejarte que te pongas a ración, porque de lo tuyo gastas; pero para recomendarte que no te dejes robar de usureros y de cómplices suyos, que quizás comen de tu pan. Esto se consigue siempre que se quiere.

Suponiendo que no te sea posible encariñarte con ese bendito, y que ni el trato ni las buenas prendas de él te lo hagan menos antipático; suponiendo que la vida llegue a serte insoportable, y... Vaya que esto es temerario, y se necesita de toda mi entereza para aconsejarte. Pero yo, antes que todo, veo lo práctico, lo posible, y no puedo aconsejar a nadie que se deje morir ni que se suicide.

Velázquez se lo prometió, y ella, cada vez más inflada y poseída de su papel maravilloso, le dijo: Antes de pasar adelante, es menester que consultemos las cartas. Según lo que te anuncien, así tendré yo que aconsejarte lo que debes hacer. Te confías en , ¿verdá ?... Para que las cartas digan la verdad hay que creer en ellas y obedecer cuanto yo te mande. ¿Lo prometes?

Y dejemos esto aquí, Sancho, que si mal gobernares, tuya será la culpa, y mía la vergüenza; mas consuélome que he hecho lo que debía en aconsejarte con las veras y con la discreción a posible: con esto salgo de mi obligación y de mi promesa.

He de permitirme, no obstante, hacer algunas observaciones, y aun de atreverme a aconsejarte y amonestarte, pues aunque novicio y más joven que , soy como el apoderado y representante del sapientísimo Padre Ambrosio, en cuyo nombre hablo.

Y cada día más tonto, Butrón; crea usted que no exagero... Yo creí que sería imposible serlo más; pues nada, todos los días progresa... El respetable Butrón dio un suspiro, y poniendo en el anzuelo el cebo de un consuelito, tendió delicadamente la caña. Siempre te quedará Jacobo, excelente amigo, que sabrá aconsejarte... ¿No te ha escrito?...

No, yo no le tengo; me lo dice la conciencia.... Y dice perfectamente. Ni yo tengo derecho para aconsejarte nada trágico. Cuando te casé con ella, porque yo te casé, Víctor, bien te acordarás, creí hacer la felicidad de ambos.... Y no parecía que te habías equivocado. La mía la habías hecho. La de ella... durante más de diez años pareció que también.