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Pero ocurrió la batalla de Mont-Saint-Jean, regresaron nuestros príncipes y regresó también Alfonso a la patria, dirigiéndose a París, donde actualmente se encuentra, haciendo las diligencias necesarias para obtener un empleo diplomático. Abrigamos muchas esperanzas de conseguirlo. ¡Qué horribles angustias hemos pasado!

Si abrigamos alguna esperanza de que la dirección de los teatros, como ha sucedido á veces, pase poco á poco de las manos de los ignorantes á las de hombres entendidos, que se propongan formalmente su reforma, se nos presenta la cuestión de cuál será el mejor medio de formar y depurar el repertorio teatral.

Abrigamos la seguridad que cualquier curioso que preste su atención al mismo asunto, ha de encontrar sin gran esfuerzo muchas más de las que nosotros hemos reunido; pues, seguramente, aquellos ilustres varones, ornamento de esta ciudad y de las patrias letras y de las artes, coleccionaron sobre todo, libros raros, manuscritos, pinturas, esculturas y monedas, siguiendo los ejemplos de los magnates con quienes sostenían estrechísimas relaciones, pues dichos ejemplos producen siempre tan nobles y beneficiosos resultados, estimulando en unos la tibieza ó aumentando en otros el entusiasmo, cuando se vive como se vivía entonces, rodeado de una atmósfera de refinada cultura y de exquisito gusto.

Una multitud de trabajos modernos prueban hasta la evidencia la eficacia de este medicamento en esta terrible enfermedad, y abrigamos la creencia, como otros varios autores, que las dósis un poco mayores que las usadas por médicos meticulosos han producido buen efecto. El envenenamiento por el arsénico ofrece el cuadro mas acabado del cólera en su período ciánico.

Nada mas que una suposicion, una ficcion, suposicion y ficcion que hacemos á cada paso en todas las ciencias, y que en realidad no es mas que la no atencion á un convencimiento que abrigamos.

Por lo comun, mientras dura el sueño, no abrigamos duda sobre lo que soñamos; y abrazamos á un amigo con tierna efusion, ó lloramos desconsolados sobre su tumba, con las mismas afecciones que nos produciria la realidad. Esto es lo que vamos á examinar.

Los beneficios que esto reportaría son incalculables, y repetimos que abrigamos la firme creencia de que la unión ha de verificarse por la vía indicada, que es la misma que nosotros seguíamos para llegar á Calauag.

Se llegaron á razones: primeramente dijeron: haya paz entre nosotros y cese la guerra, porque en nuestros corazones no abrigamos enemistades contra vosotros, ni poseemos temerariamente esta tierra, sino por mandado de vuestro Rey, y del Gobernador que en su lugar las gobierna, y tambien con consentimiento de vuestros padres, (juzgo que entendian aquel que de Europa vino á este negocio) y de algunos de vuestra gente: dejadnos gozar de esta tierra, cuando por otra parte no nos esperimentais molestos (si es que se puede dar crédito á estas razones): volvednos tan solamente los caballos que nos habeis tomado. Sepé, aquel célebre capitan de los Miguelistas, el cual entonces mandaba la artilleria, y sabia hablar algun tanto español, y era un poco conocido de uno de los Portugueses, porque ahora poco èl estuvo en los límites de las tierras de San Miguel con los demarcadores, se allegó mas cerca, convivado por ellos

La cuestion de las causas no es ciertamente cuestion de homeopatía, sino de medicina y del arte de curar. No tenemos, no, la pretension de colocarnos como campeones de Hahnemann, ni de erigirnos en críticos de un sistema; solo abrigamos el deseo de apreciar fielmente los trabajos de nuestros antepasados y de observar atentamente el movimiento de la terapéutica. Volvamos á nuestro objeto.

Y, como siempre, la modestia corría a las parejas con la autoridad y la elocuencia. «No abrigamos la pretensión decía de ser los caudillos en esta gran batalla del pensamiento que no tardará en iniciarse dentro del recinto de Sarrió. Sólo aspiramos a luchar como obscuros soldados, y que se nos conceda un puesto en la vanguardia.