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Exacto, metódico, económico, aborreciendo las bromas y francachelas de sus compañeros, siempre había hecho entre ellos papel poco airoso. Una vez retirado, se casó con una señorita de Oviedo deuda suya. Murió ésta tres años después, de afección pulmonar, dejándole un niño y una niña.

Lleno yo de entusiasmo por la magistratura, y aborreciendo la carrera militar a que querían destinarme, estudié leyes en la Universidad; pero puedo asegurar a usted que a pesar de eso hubiera salido buen abogado, pues era raro mi talento, sobre todo para ese estudio.

Y como esto no le llenaba el ánimo completamente, se complacía en colocar á su lado, para contraste, todos los disgustos que debía á su expedición á la patria de los Seturas, con el fin de amar la primera á medida que fuera aborreciendo la segunda.

El viejo pastor la sostuvo sin pestañear. El pintor se emparejó con la dama exclamando con risita irónica: ¡Parece que Eumeo sigue aborreciendo como antes a los pretendientes! Elena no dijo nada y siguió caminando con paso vivo hacia la casa. Una cólera sorda rugía dentro de su pecho y tenía miedo de dejarla estallar donde pudieran verla.

Pero no, no se paraba; corría, le arrastraba consigo; le gritaba: muévete; haz algo, tu deber; aquí de tus promesas, mata, quema, vocifera, anuncia al mundo tu venganza, despídete de la tranquilidad para siempre, busca energía en el fondo del sueño, de los bostezos arranca los apóstrofes del honor ultrajado, representa tu papel, ahora te toca a ti, ahora no es Perales quien trabaja, eres , no es Calderón quien inventa casos de honor, es la vida, es tu pícara suerte, es el mundo miserable que te parecía tan alegre, hecho para divertirse y recitar versos.... Anda, anda, corre, sube, mata a la dama, después desafía al galán y mátale también... no hay otro camino. ¡Y a todo esto sin poder menear pie ni mano, muerto de sueño, aborreciendo la vigilia que presentaba tales miserias, tanta desgracia, que iba a durar ya siempre!».

22 Y recibid a los unos en piedad, discerniendo. 23 Mas haced salvos a los otros con temor, arrebatándolos del fuego; mas con esto aborreciendo aun hasta la ropa que es contaminada de tocamiento de carne. Amén. 2 el cual ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesús, el Cristo, y de todas las cosas que ha visto.

13 ¿Tengo de comer yo carne de toros, o de beber sangre de machos cabríos? 14 Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus promesas al Altísimo. 15 Y llámame en el día de la angustia; te libraré, y me honrarás. 17 ¡Aborreciendo el castigo, y echando detrás de ti mis palabras!

Usted señora cree que es deber suyo atormentarse recordando, amando lo que fue... y aborreciendo lo que no debió haber sido.... Todo esto sería muy bueno si usted tuviera fuerzas para soportar ese teje maneje del pensamiento. No las tiene usted.

La irritada esposa creyó más del caso decir: «Te aborreceré, ya te estoy aborreciendo». Santa Cruz, que estaba de buenas, repitió con buena sombra otra frase de las comedias: «Ahora lo comprendo todo. Pero la verdad, chica, es que no comprendo nada». Turbada en sus propósitos de pelea por el buen genio y los cariñosos modos que el pérfido traía aquella noche, Jacinta rompió a llorar como un niño.

No le puedo ver; pero el agradecimiento...». Es triste cosa vivir de esta manera, aborreciendo y agradeciendo. Ya ves cuánta desgracia, cuánta miseria hay en este mundo, niña mía... Bueno, pues sigo diciéndote que aquella infeliz pareja me dio la gran jaqueca.