United States or Sweden ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al entrar en el alojamiento del ingeniero encontró á éste paseando con impaciencia. Se había puesto ya las botas altas y el pantalón de montar. Un cinturón con revólver y su blusa estaban sobre una silla. Con las mangas de la camisa recogidas y la pechera abierta, mostraba aún las frescas señales de su ablución matinal. Su rostro era más duro y autoritario que otros días.

Debajo del salón-mirador vense también al descubierto los pilares, arcos y bóvedas que lo sustentan, de modo que la tal morada aparecía á nuestros ojos en una forma aérea, calada, abierta, luminosa, sin otra defensa contra el sol y el viento que el verdor de los próximos árboles ó de las enredaderas y rosales que trepaban por pilastras, balaustres y columnas.

Un día Paz, ya vestida para salir con su padre, estaba esperándole en el despacho, mientras Pepe, con la puerta de comunicación abierta, escribía en el cuarto de los libros papeletas para el índice. Paz leía un periódico, en pie junto a un balcón; Pepe, aprovechando la ocasión, la miraba disimuladamente, entre plumada y plumada. La muchacha era preciosa.

No cerró; lo detuvo, como ya le había sucedido desde la desaparición de su tesoro, la varilla invisible de la catalepsia. Permaneció como una estatua tallada, con los ojos dilatados por la visión, manteniendo la puerta abierta, incapaz para resistir, sea al bien, sea al mal, que pudiera entrar en su casa.

Entró el señor de Luzmela en el cuarto de Julio, con el alma abierta, un alma que rondaba en infatigable guardia de honor en torno a la niña triste de los ojos garzos. Ella estaba allí, tímida y culpada, ante la mirada elocuente de su amigo.

Expía el gran crimen que se llama juventud. Estar de pie ahí, ante la tumba abierta todavía de un viejo camarada, es horrible, señores, les aseguro... simplemente horrible. Los pies se hunden en la tierra recién removida, uno se retuerce el bigote con expresión idiota y al mismo tiempo, querría aullar de pena.

Era mujer de unos cuarenta años, de regular estatura, metida en carnes, que no habría sido fea a los veinte, de fisonomía abierta y simpática, pero ordinaria; el talle y la figura más ordinarios aún, porque el vientre le había crecido en los últimos años mucho más de la cuenta y no había corsé que lo sujetase; la voz aguda y desentonada, los ademanes bruscos y el mirar dulce y halagüeño: vestía un traje de terciopelo de color castaño, que en aquella época era el sumo lujo entre las señoras de calidad; mas advertíase que aquel terciopelo no estaba tan bien pegado a sus carnes como era de esperar, dado el aspecto imponente y el concertado gusto y elegancia que reinaban en la casa.

Y conteniendo la voz se iba hacia la ventana abierta, y tendía las manos como sin querer, llamando a Juan a quien acababa de escribir sin decirle que viniese.

La parte de este pais que está hácia el este, está abierta con muy pocos bosques, algunas matas y muy sugeta á inundaciones, por las grandes lluvias que caen en ella, y el sobrante de muchas lagunas. Algunas de ellas que estan al poniente y al sur de la tierra, producen una sal fina y cristalina como la de San Lucas.

Pero yo te hablo en tu lengua, ¡oh Hispania! porque es su són como música de fuente, como arrullo encantador, y como beso de vírgenes en primaveras de amor. Un labio lejano me ha dicho que tienes cerrada tu puerta... Si es cierto, reforma el capricho: ¡tu puerta ha de estar siempre abierta!