United States or Central African Republic ? Vote for the TOP Country of the Week !


DON PEDRO. ¿Qué entiendes de eso? ... dila que venga. DON PEDRO. Pues, y como le iba a usted diciendo, Sr. D. Eduardo, yo soy demasiado buen padre para pretender ... luego, ya voy a viejo, estoy viudo, no tengo más que esta hija ... a la que quiero como a las niñas de mis ojos ... no soy además amigo de lloros ni tristezas dentro de casa, y en suma....

Estoy dispuesto a convenir en que era más asediada, más agasajada quizás, pero no por eso más respetada. ¿Llamais respeto y consideración a aquéllas vanas fórmulas de etiqueta que hacían doblar el espinazo del hombre a la vista de una mujer y le hacían decir cuatro frases vulgares de cumplimiento, para hinchar la vanidad o marear la cabeza de una mujer crédula y fatua? ¿Llamais respeto a ese hábito singular de algunos hombres de calificar siempre de divinos los ojos de la mujer que tiene delante, de comparar sus labios a lindos pétalos de rosa, sus dientes a sarta de diminutas perlas, su cintura a cimbreante tallo de azucena y otras tantas necedades de ese jaez?

At Cumana, during very heavy showers, people in the streets are heard exclaiming, que hielo! estoy emparamado;* though the thermometer exposed to the rain sinks only to 21.5 degrees. I shiver as if I was on the top of the mountains." The provincial word emparamarse can be translated only by a very long periphrasis.

Whilst we stood about the horse, communing doubtfully, not knowing where to find another, an old man approached us, and, with rueful look and gesture, besought us not to deprive him of the sole support of his life. "Beyond that hill," said he, "the Padre has many better horses. El Padre esta un rico hombre. Yo estoy muy pobre, Senores."

DON EDUARDO. En que no se quiere recibir, ¿querrá usted decir? BRUNO. En que no se puede.... DON EDUARDO. En que no se quiere ... ¿a qué andar con rodeos? DON EDUARDO. Vaya ... ¿no es cierto que D. Pedro no quiere recibirme? Estoy por cantar de plano. DON EDUARDO. Ea, no tenga usted empacho ... ¿no es cierto?... BRUNO. Cierto ... ya que usted exige absolutamente....

BRUNO. Ya estoy, que siente usted mucho no poderle recibir, porque.... DON PEDRO. ¡Habrá mentecato igual con sus malditos cumplidos!... No que no puedo, sino que no quiero recibirle, que no quiero; sin preámbulos ni sentimientos, ni ... ¿lo entiendes ahora? BRUNO. Pero eso no se le dice a nadie en sus bigotes. BRUNO. ¡Qué mosca le habrá picado!

DON PEDRO. Qué señas ni qué berenjenas ... siempre has de meterte en camisa de once varas. BRUNO. Ya las quisiera yo de tres y media. BRUNO. ¿Conque, por fin, qué le digo? DON PEDRO. Dile que ... que no le quiero recibir ... anda. BRUNO. Bueno ... le diré que había usted salido por la puerta falsa, y que.... DON PEDRO. No, no; que estoy en casa, y que no le quiero recibir.

DOÑA MATILDE. ¿Pues por qué no me decías que D. Eduardo estaba ya esperándome? BRUNO. Porque ... porque ... bueno estoy yo ahora para decir el porqué de nada, y si me sangraran.... DOÑA MATILDE. En suma, ¿quieres o no quieres abrir la reja? DOÑA MATILDE. Pon luego una silla. BRUNO. Pongo una silla. DOÑA MATILDE. ¿Y está ya D. Eduardo? BRUNO. Le estoy tocando con la mano la copa del sombrero.

Y así digo que estoy presto á hacer esta ó otra cualquier diligencia que por V.m. me fuere mandada, y que me pesa de cualquier culpa que haya cometido, ó en componer en vulgar el dicho libro, ó en haber dado ocasion directa ó indirectamente á que se divulgase. X, pp. 252-254.

DOÑA MATILDE. Válgame Dios, ¡qué es esto!... ¿qué te ha sucedido? DON EDUARDO. Déjame en paz ... bribón ... tunante. Estoy por volver, y por.... DOÑA MATILDE. Pero, Eduardo ... tranquilízate por la Virgen. DON EDUARDO. Te digo que me dejes. DOÑA MATILDE. Mira que te va a dar algo.